El desafío de eliminar los pitutos en el Estado
En la campaña electoral, Gabriel Boric prometió un Chile sin pitutos, sin favoritismos en la contratación de parientes de autoridades del Estado en cargos de confianza. Sin embargo, dieciocho meses después de asumir la presidencia, su gobierno se enfrenta al desafío de cumplir esta promesa.
El reciente caso de Democracia Viva ha puesto en evidencia los vínculos personales y políticos que aún prevalecen en el Estado. Ante esta situación, el presidente Boric ha buscado retomar la iniciativa y ha mandatado a una comisión transversal para abordar el tema de las fundaciones y el uso de fondos públicos.
La carta central del presidente Boric
En un gobierno consciente de su posteridad, el presidente Boric tiene una carta central a jugar: la modernización del Estado. Mediante un proyecto que establezca un estatuto único para el empleo público y limite la cantidad de puestos de confianza, se podría romper la inercia y acabar con los pitutos.
Es fundamental que las autoridades lleguen a sus puestos por mérito y no por sus vínculos políticos. Esto les daría la independencia necesaria para negarse a hacer asignaciones de fondos dudosas y evidenciar cualquier presión que puedan recibir. Su lealtad estaría con el Estado y no con el gobierno de turno.
Una coyuntura virtuosa
El presidente Boric puede aprovechar una coyuntura virtuosa para impulsar la modernización del Estado. El anteproyecto constitucional ya plantea avances en el tema del empleo público, y la iniciativa popular Por un Estado sin Pitutos ha superado las 10 mil firmas y será discutida en el Consejo Constitucional.
Esta propuesta busca poner en la Carta Magna las líneas principales de lo que los expertos han impulsado durante las últimas dos décadas. Sería oportuno que el presidente aprovechara este momento y pusiera la modernización del Estado como prioridad, con el empleo público como primera acción.
El camino hacia un Chile sin pitutos
Eliminar los pitutos en el Estado es un desafío que requiere de acciones concretas. El presidente Boric tiene la oportunidad de cumplir su promesa y devolver al país a la ruta que prometía en su campaña electoral. La modernización del empleo público es el primer paso para construir un Chile sin favoritismos y basado en el mérito.
