¿Qué debemos exigir a las empresas de litio?
Imagina que contratas un servicio de encomienda para enviar un ramo de flores a tu mamá en su cumpleaños. ¿Qué es lo que deberías exigir? Que lleguen en el horario pactado y en buen estado, que se respete el precio acordado y que el servicio cumpla la ley. Pero no deberías exigir que la empresa utilice una ruta específica para llegar a su destino. Eso es parte de la expertise de la empresa y ellos saben cómo cumplir lo pactado.
Lo mismo deberíamos aplicar a las empresas de litio. Debemos exigirles resultados, pero no el método específico para llegar a esos resultados. La Estrategia Nacional del Litio está cometiendo un error conceptual profundo al exigir la implementación de tecnologías específicas para minimizar el impacto ambiental en la recuperación del litio, como la extracción directa con reinyección de salmuera (conocida como DLE/R) y la reducción del consumo de agua fresca.
¿Por qué la Estrategia Nacional del Litio podría estar cometiendo un error?
Es cierto que todos queremos que la explotación de litio sea ambientalmente sustentable. Pero predefinir el mecanismo específico para lograrlo es un error. La DLE/R es una tecnología aún en proceso de maduración, con poquísimos ejemplos a nivel mundial a escala industrial, y ninguno con la composición química específica de la salmuera atacameña. Las empresas hoy en operación en Atacama han comenzado a testear y prevén que el lavado de las membranas utilizará muchísima agua fresca. Es posible que la tecnología avance y se vuelva un método económico y de bajo impacto ambiental, pero es un error exigirlo por secretaría.
Debemos dejar que las empresas decidan cómo lograr los resultados que exigimos. Así como la DLE/R bien podría progresar, también podría probarse deficiente para nuestras condiciones geológicas, o podría surgir otra tecnología superior, que hoy ni nos imaginamos, y que volverá la DLE/R tan obsoleta como la telegrafía. Nadie sabe, y por eso la regulación debe ser tecnológicamente neutra. Lo que debemos exigir son metas ambientales, productivas y tributarias, pero no el camino específico para conseguirlas. Para eso están la expertise desarrollada a lo largo de décadas por los productores, la innovación y la impredictibilidad propia del ingenio humano.
Conclusión
La Estrategia Nacional del Litio está cometiendo un error conceptual profundo al exigir la implementación de tecnologías específicas para minimizar el impacto ambiental en la recuperación del litio. Debemos enfocarnos en los resultados y dejar que las empresas decidan cómo lograrlos. Debemos exigir metas ambientales, productivas y tributarias, pero no el camino específico para conseguirlas. Para eso están la expertise desarrollada a lo largo de décadas por los productores, la innovación y la impredictibilidad propia del ingenio humano.