Dominar el arte de la conversación en la mesa: habilidades verbales en el poker

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lenguaje y las habilidades verbales son instrumentos muy poderosos en el juego del póker. La suerte que depara el reparto de las cartas puede ser cambiada con una buena estrategia y esto incluye tanto los movimientos en la mesa como el mensaje que se manda hacia el resto de participantes.

En un juego donde la generación de expectativas tiene una importancia tan alta, saber hablar y comunicar resulta esencial para tener mejores resultados. Si quieres medir tus habilidades comunicativas, también se puede comprobar de forma online. Para ello, recomendamos utilizar esta plataforma para poner en práctica tu juego en póker texas holdem y mejorar progresivamente tus dotes comunicativas. 

Dominar el arte de la conversación en una mesa de póker es un valor añadido para el jugador, que tiene así un arma poderosa para tratar de desorientar a sus rivales. El concepto tiene un componente psicológico muy importante. ¿Cuándo está mintiendo y cuándo dice la verde? ¿Es un farol o realmente tiene cartas buenas? Esas preguntas pueden pasar por la cabeza de cualquiera que esté sentado en la mesa cuando uno de sus contrincantes hace un comentario. Aquellos que son capaces de convencer mediante la palabra, en el juego táctico que convierte a cada una de las conversaciones en el póker, van varias casillas por delante. 

El lenguaje empleado no solo denota un mensaje directo: digo que tengo malas cartas y es falso o cierto. Existen otras muchas conclusiones en torno a cada uno de los comentarios. Algunos, de hecho, pueden no guardar ninguna relación con la partida. “Vaya atasco he pillado, casi no llego”, “si sigue esta lluvia, hoy no salimos de aquí”. ¿Qué queremos decir? El objetivo final de las palabras está en la mente de quien las dice, si bien todos los fines tienen un denominador común: generar un efecto en los rivales. La importancia de la estrategia es tal en el mundo del póker que cualquier suspiro, por pequeño que parezca, puede tener una finalidad. 



Saber cómo reaccionará el rival

Dominar el arte de la conversación también implica conocer al contrincante, ya que cada uno se toma de una u otra manera los mensajes que le llegan de otros jugadores. Algunos prestan mucha atención a cada gesto, mientras que otros tratan de mostrar indiferencia. Por ello, los jugadores profesionales analizan partidas de sus rivales, a fin de encontrar patrones de comportamiento y adaptar así su mensaje para obtener un beneficio durante la partida. 

En este escenario, las bromas merecen una mención aparte. Hacer un comentario chistoso relacionado con el desarrollo de la partida o asociado a cualquier otro tema tiene un fin implícito que afecta tanto a quien habla como a quienes escuchan. La influencia que una broma tiene sobre los oponentes es una posibilidad real, que puede incluso cambiar el transcurso del juego. Aquí vuelve a actuar la psicología. Tengo una buena mano y necesito que mi rival llegue lo más lejos posible, ¿por dónde tengo que enfocar mi próximo chiste? En función de lo que yo diga, la reacción de mi adversario puede ser una u otra. 


Reacción sobre uno mismo

Saber comunicar, además, puede tener un efecto directo sobre la persona que comunica. En un momento de tensión o nerviosismo, el propio jugador puede encontrar una vía de escape por medio de un comentario gracioso que le libere de dicha situación complicada. No hay que olvidar que los rivales también juegan y son conscientes de que el comentario tiene un fin. Adelantarse a la visión de los hechos, por parte del resto de los jugadores, también forma parte de la estrategia de comunicación en una partida de poker. 

Entre las formas de asumir un comentario en el póker destaca la de buscar la veracidad. Un farol puede resultar exitoso si el comentario, sea una broma u otro tipo, resulta creíble. Conseguir que el contexto parezca real puede provocar el efecto deseado sobre el contrincante, quien entendería que otro jugador no va de farol y sí que tiene las cartas que dice tener. Los expertos indican que cuando la broma o el farol no parecen que sean creíbles, entonces los rivales no lo asumirán como tal y desoyerán la llamada. 

El humor, aplicado al póker, no está exento de concentración. Esta es otra de las partes esenciales del arte de la conversación en este juego. Hacer comentarios y bromas durante la partida no puede retirar la atención del transcurso de la misma, el reparto de las cartas o los movimientos de cada jugador. Por ello, hay que encontrar el equilibrio a la hora de hablar. Si se hace en exceso, no solo puede resultar molesto para los rivales o incluso recibir una llamada de atención por parte de los árbitros; también puede desconcentrar a uno mismo. Podría acabar ahogado en su propio mensaje y perder la noción. Los mejores comunicadores de póker son aquellos que saben tanto qué decir cómo cuándo y cuántas veces tienen que decirlo. 

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