Introducción
La lechuga es un alimento muy común en las mesas chilenas, pues es un excelente acompañamiento para múltiples comidas y ensaladas, además de tener pocas calorías. Pero muchas veces cuando compramos más de lo que utilizaremos, estas terminan poniéndose rosadas, marrones o incluso viscosas en el refrigerador. ¿Qué hacer en esos casos?
¿Son dañinas las hojas rosadas o marrón claro?
Según indicó Katie Sabatini, dietista registrada y gerente de garantía de calidad y seguridad alimentaria, la coloración rosa o marrón claro que puede aparecer en la lechuga romana y la escarola se conoce como ‘oxidación’. Este cambio de color se debe a un manejo y almacenamiento inadecuados, como hojas magulladas, cortadas o almacenamiento con exceso de humedad. A medida que la lechuga se oxida, produce polifenoles como medida protectora para prevenir el crecimiento de moho y hongos. Aunque la coloración rosada puede ser antiestética, no hace que la lechuga sea insegura para comer. Si te molesta, simplemente puedes cortar esa parte y el resto de las hojas serán seguras para consumir.
¿Qué hacer con las lechugas viscosas o con manchas negras?
Las verduras de hojas verdes, como la lechuga, son muy frágiles y pueden deteriorarse fácilmente. Las hojas que se ponen negras o están muy húmedas pueden indicar deterioro. Además, cuando son excesivamente empaquetadas, pueden acumular humedad adicional, lo que crea un ambiente propicio para bacterias que causan enfermedades transmitidas por alimentos. Por lo tanto, es recomendable desechar las lechugas que estén viscosas, malolientes, inusualmente oscuras o con manchas negras. Estas bacterias pueden causar síntomas como diarrea, calambres estomacales, vómitos y fiebre. Para evitar riesgos para tu salud, es mejor ser cauteloso y desechar las lechugas en mal estado.
Conclusión
La lechuga puede cambiar de color y textura debido a un manejo y almacenamiento inadecuados, pero esto no siempre significa que debas desecharla. Las hojas rosadas o marrón claro no son dañinas para la salud y se pueden consumir sin problemas. Sin embargo, las lechugas viscosas, malolientes o con manchas negras deben ser descartadas, ya que pueden contener bacterias que causan enfermedades. Almacenar las lechugas correctamente en el refrigerador y estar atento a los signos de deterioro te ayudará a disfrutar de este alimento de manera segura y saludable.
Referencias:
– Trevor Craig, experto en seguridad alimentaria.
– Katie Sabatini, dietista registrada y gerente de garantía de calidad y seguridad alimentaria.
– Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.