La reciente reunión entre los presidentes de China y Estados Unidos, Xi Jinping y Donald Trump, parece haber logrado una calma relativa y temporal en los turbulentos lazos bilaterales. Sin embargo, según analistas, esto no resuelve las tensiones subyacentes que dividen a ambas potencias.
Según Julian Evans-Pritchard, analista de la consultora británica Capital Economics, la reducción de aranceles anunciada -Trump bajará del 20% al 10% los impuestos en represalia por el tráfico de fentanilo- «no tendrá un gran impacto» ya que no había afectado tanto a los exportadores del país asiático. En su opinión, eliminar la «amenaza inmediata» de fuertes subidas de aranceles reduce los riesgos para las perspectivas económicas a corto plazo, pero «las brechas subyacentes que dividen a China y EEUU siguen sin resolverse, y las tensiones podrían volver a explotar de nuevo».
Una Tregua Táctica Más que un Acuerdo a Largo Plazo
Para Anna Wu, analista de Van Eck Associates, los mercados ven este encuentro «como una tregua táctica más que como un acuerdo a largo plazo», lo que significaría que las perspectivas seguirán marcadas por la «volatilidad» en el medio plazo. «Ambas partes se llevan ‘edulcorantes’ políticos, pero la falta de progresos en asuntos clave como los chips, Taiwán o las tierras raras deja a los inversores poco convencidos de que esto sea un punto de inflexión«, agrega Hebe Chen, de Vantage Markets.
El Desacople Continúa
Incluso si la actual tregua se mantiene, Evans-Pritchard pronostica que «ambas partes seguirán apostando por iniciativas para desacoplarse». Recuerda que aún deben negociar un acuerdo comercial definitivo, aunque cree que prolongarán el último plazo que se dieron, que finaliza el 10 de noviembre. E incluso si se diese un acuerdo, el analista cree que no sería «más que un refrito» del pacto en ‘primera fase’ que se firmó durante el primer mandato de Trump (2017-2021).
Según Evans-Pritchard, Pekín «ha ganado tiempo para desacoplarse a su propio ritmo». «En otras palabras, (sería) un acuerdo para que China compre más bienes estadounidenses a cambio de una reducción de aranceles-y quizá de algunas restricciones a la exportación-, pero no un reinicio fundamental de las relaciones«, explica.
¿Continuará la Fractura del Mundo en Dos Bloques?
Esto, matiza Evans-Pritchard, «no sería necesariamente un mal resultado para China», ya que la alternativa son más tensiones en los lazos con EEUU. Sin embargo, un acuerdo como el mencionado «no evitaría que el mundo siguiese fracturándose en dos bloques rivales centrados en China y EEUU».
De hecho, pese a que Pekín ha prometido suspender durante un año las últimas restricciones que impuso este mes a la exportación de tierras raras, Capital Economics cree que eso equivalió a «enseñar las cartas» y que Washington ha tomado nota, como muestran sus recientes acuerdos con Australia, Japón, Tailandia y Malasia. «Esas iniciativas continuarán, sin duda, ahora que China ha dejado claro que está dispuesta a emplear las tierras raras como arma«, apunta Evans-Pritchard.
Además, EEUU busca reducir su dependencia de China en astilleros, y China ha renovado esta semana -con la publicación del plan quinquenal que orientará la economía nacional hasta 2030- su apuesta por la autosuficiencia tecnológica o por una menor vinculación al dólar.
En cualquier caso, Homin Lee, analista de Lombard Odier Singapore, asegura que la cumbre servirá para que los inversores confíen en «al menos seis meses de una calma relativa, aunque no sea perfecta, en las relaciones comerciales bilaterales».