El Museo del Louvre se enfrenta a una de las mayores pérdidas de su historia. Según las autoridades, el valor estimado de las ocho joyas de la corona francesa robadas el pasado domingo asciende a nada menos que 88 millones de euros. Este robo, calificado como «extremadamente espectacular» por la fiscal Laure Beccuau, ha conmocionado a Francia y al mundo entero.
Entre los tesoros sustraídos se encuentran piezas de incalculable valor histórico y artístico, como el collar de esmeraldas de la emperatriz María Luisa, esposa de Napoleón, que contiene 32 esmeraldas y más de 1.100 diamantes. También desapareció un conjunto de zafiros del siglo XIX que incluye una tiara, un collar y un pendiente, que alguna vez lucieron la reina María Amelia y la reina Hortensia.
Una Pérdida Irreparable
La emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, fue otra de las grandes víctimas de este robo. De ella se sustrajeron una tiara con 212 perlas, 1998 diamantes redondos y 992 diamantes talla rosa, un lazo decorativo con más de 2.400 diamantes y un broche relicario del siglo XIX, cubierto de piedras preciosas.
Según la fiscal, los ladrones «jamás obtendrán esa suma considerable» si deciden fundir o desmontar los objetos robados. Sin embargo, la pérdida de estos tesoros históricos y artísticos es irreparable. La dirección del Louvre y el Ministerio de Cultura francés han sido fuertemente criticados por no haber protegido adecuadamente una de las instituciones más emblemáticas del mundo.
Investigación en Curso
Las investigaciones «avanzan» con la identificación de al least cuatro personas que entraron en la Galería de Apolo, donde se realizó el robo. Además, la fiscal no descarta la pista de que una persona del interior del museo haya ayudado a la banda de ladrones.
Este robo, considerado como el del «siglo» por los medios franceses, ha generado una gran polémica y una lluvia de críticas hacia la dirección del Louvre y el Ministerio de Cultura. La comunidad artística y cultural se encuentra conmocionada ante la pérdida de estos invaluables tesoros nacionales.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, recuperar estas joyas robadas parece ser una tarea casi imposible. El Louvre y Francia enfrentan un duro golpe a su patrimonio cultural y artístico, una herida que tardará mucho tiempo en sanar.
