8.6 C
Santiago
miércoles, octubre 22, 2025

Cómo la Bienal de Arquitectura revivió la Iglesia de San Francisco de Borja tras el incendio del estallido social

Noticias más leídas

La Bienal de Arquitectura se ha convertido en un evento clave para revitalizar y recuperar espacios urbanos en Santiago de Chile. En su última edición, la XXIII Bienal, celebrada entre el 25 de septiembre y el 5 de octubre de 2025, tuvo como sede principal las ruinas de la Iglesia de San Francisco de Borja, incendiada durante las manifestaciones del «estallido social» en enero de 2020.

Bajo el lema «Doble Exposición: (re)programar, (re)adaptar, (re)construir», el equipo curatorial, compuesto por Ángela Carvajal, Sebastián López (Anagramma Arquitectos) y Óscar Aceves, concibió un circuito de ocho sedes ubicadas en el centro de Santiago. Su objetivo: revitalizar y recuperar espacios urbanos a través de una serie de actividades públicas y gratuitas.

Transformando las ruinas en un espacio vivo

En las ruinas de la Iglesia de San Francisco de Borja, el equipo curatorial instaló un pabellón temporal que sirvió como lugar para charlas, lecturas, instalaciones de arte, debates y eventos comunitarios. «Muros y arcos neogóticos quedaron como ruinas, dentro de las cuales se construyó el Pabellón de la Doble Exposición, que sirvió como una de las sedes principales», explica ArchDaily.

Según los curadores, la intervención «no buscó reconstruir ni cubrir, sino visibilizar, mostrar cómo la arquitectura puede actuar sobre la materia dañada, no para restaurarla, sino para reactivar su potencial latente«. Óscar Aceves agrega que fue «una manera de entender la curaduría como una forma de activación urbana», donde «lo que sucedía en el espacio público era tan importante como lo que sucedía dentro de las exposiciones».

Más de 70.000 visitantes en 11 días

En total, durante los 11 días de Bienal, las actividades gratuitas convocaron a más de 70.000 visitantes. La iglesia volvió a abrir sus puertas al público por primera vez desde 2019, convirtiéndose en un espacio para exposiciones y conversaciones.

Para los curadores, el concepto de «doble exposición» se reinterpretó como una estrategia de diseño, «superponiendo tiempos, materiales y significados para revelar formas alternativas de construir». Buscaron cuestionar la tendencia predominante a demoler o preservar indiscriminadamente, proponiendo en cambio una «tercera vía: intervenir, adaptar y continuar trabajando con estructuras preexistentes».

Como explica Ángela Carvajal, «intervenir en estructuras deterioradas no es un gesto nostálgico, sino una forma de anticipar nuevas formas de habitar, resistir y proyectar». Se trata de «entender la arquitectura no como un acto de sustitución, sino como un acto de escucha de lo que ya existe y de lo que aún tiene capacidad de transformarse».

Una Bienal que tejió un circuito vivo en la ciudad

Más allá de la Iglesia de San Francisco de Borja, la Bienal incluyó más de 100 actividades gratuitas a lo largo del eje Alameda-Providencia en Santiago, con espacios como el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), las oficinas del Colegio de Arquitectos de Chile, el centro cultural CEINA, el Parque San Borja, la Parroquia La Veracruz, la Galería Barco y el Edificio El Cuervo.

Como señalan los curadores López y Carvajal, «queríamos que la Bienal no se concentrara en un solo edificio, sino que tejiera un circuito vivo que conectara lugares, memorias y comunidades a lo largo del eje central de la ciudad».

La XXIII Bienal de Arquitectura en Santiago de Chile demostró cómo la arquitectura puede revitalizar y recuperar espacios urbanos deteriorados, convirtiéndolos en lugares de encuentro, reflexión y transformación comunitaria.

Mas Noticias

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias