En medio de una semana marcada por el brutal asesinato de tres jóvenes en Florencio Varela, Argentina se vio sacudida por un escándalo en las redes sociales. Varios videos virales de estaciones de servicio, donde se simulaba el secuestro de mujeres y su encierro en bolsas de basura, desataron una ola de indignación y críticas por banalizar la violencia de género.
Uno de los videos cuestionados fue grabado en la estación Shell de Erich Wagner y Cía. S.R.L. en Crespo, Entre Ríos. En las imágenes, se ve a dos empleados comentar entre risas la llegada de una mujer, diciendo: «¿Cuándo va a ser el día que la metamos en algo y la mandemos por ahí?». Minutos después, la joven aparece con una bolsa negra en la cabeza, siendo cargada en una camioneta como si fuera un cadáver.
Otro video similar surgió de una sucursal de YPF en Marcos Juárez, Córdoba, donde se simulaba que un empleado golpeaba a una mujer y la metía en una bolsa.
Aunque estos contenidos circulaban en TikTok bajo la etiqueta de «entretenimiento», al llegar a la red social X desataron un repudio generalizado. La agrupación Periodistas Feministas de Entre Ríos advirtió que estos videos «hacen apología de un delito y constituyen violencia mediática y simbólica de género».
Según cifras del observatorio «Ahora que sí nos ven», en Argentina se cometieron 164 femicidios y hubo otros 264 intentos entre enero y agosto de 2025. Ante la indignación, las empresas involucradas emitieron disculpas públicas y anunciaron el despido de los empleados responsables.
El origen de este «trend» se remonta a un fenómeno machista en TikTok, donde se «bromea» sobre deshacerse de «la chica de marketing», un personaje recurrente en empresas para comunicar y atraer clientes. Lejos de divertir, esta fórmula terminó exponiendo el costado más brutal de un «humor» que banaliza la violencia de género y revictimiza a las mujeres.
El escándalo en Argentina ha abierto un debate crucial sobre los límites del humor y la responsabilidad de las empresas en la prevención de contenidos que puedan interpretarse como una apología de la violencia contra la mujer.