Una nueva y devastadora masacre se ha registrado en una cárcel de Ecuador, dejando al menos 17 reclusos muertos. El violento enfrentamiento tuvo lugar en el Centro de Privación de Libertad de Varones N.º 2 «Esmeraldas», ubicado en la provincia fronteriza con Colombia.
Según los reportes, los disturbios comenzaron después de que un preso activara una falsa alarma, lo que aprovecharon otros internos para arrebatar las llaves a un guardia y salir de sus pabellones. Presuntos miembros de la banda criminal «Los Tiguerones» ingresaron entonces a otros sectores del penal para atacar a sus rivales, los grupos «Lobos» y «Choneros».
Intervención militar y caos en el penal
La gravedad de la situación obligó a la intervención de un contingente militar, que logró restablecer el orden en el centro penitenciario. Sin embargo, durante los enfrentamientos se constató la existencia de personas privadas de libertad fallecidas, producto del uso de armas de fuego y blancas por parte de los grupos organizados.
Lamentablemente, también un soldado resultó herido en el cumplimiento de su deber. Las Fuerzas Armadas ecuatorianas señalaron que aplicaron protocolos de seguridad y neutralizaron a los involucrados en el patio principal.
Cárceles, epicentro de la crisis de violencia en Ecuador
Este hecho se produce apenas días después de otro motín carcelario en la provincia de El Oro, en el que murieron 14 reclusos. Las cárceles se han convertido en uno de los principales focos de la crisis de violencia criminal sin precedentes que azota a Ecuador, con alrededor de 600 presos asesinados desde 2021, en su mayoría por enfrentamientos entre bandas rivales.
La situación ha llevado al presidente Daniel Noboa a declarar al país en «conflicto armado interno» y decretar estados de excepción, incluyendo la militarización de los centros penitenciarios. Sin embargo, parece que estos esfuerzos no han sido suficientes para contener la espiral de violencia que se vive entre las organizaciones criminales que operan dentro y fuera de las prisiones.
La masacre de Esmeraldas es un nuevo y trágico recordatorio de la urgente necesidad de reformas estructurales en el sistema penitenciario ecuatoriano, que logren romper el ciclo de violencia y recuperar el control de las cárceles.