La reciente suspensión indefinida del programa Jimmy Kimmel Live! ha generado una gran controversia, con el gobierno y sus partidarios celebrando la medida, mientras que los detractores del comediante han protestado enérgicamente. Sin embargo, según el veterano periodista político de CNN, Jake Tapper, la raíz del problema va mucho más allá de simples sensibilidades heridas.
Tapper explica que la polémica en torno a Kimmel responde más a un interés comercial de las empresas de medios, que buscan congraciarse con el gobierno para obtener beneficios. Específicamente, señala que Nexstar, el mayor propietario de estaciones de televisión locales en Estados Unidos, anunció en agosto su intención de comprar a su rival Tegna por más de 6.000 millones de dólares.
La Influencia de la FCC
Para que esta adquisición se concrete, Nexstar necesita la aprobación de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), además de que se elimine la norma que establece que ninguna compañía puede poseer tantas estaciones de televisión como para llegar a más del 39% de los hogares estadounidenses.
Aquí es donde entra en juego el presidente de la FCC, Brendan Carr, quien a principios de este año se mostró dispuesto a considerar la eliminación de lo que él llamó «límites antiguos y artificiales» sobre la propiedad de estaciones de TV.
La Presión Política
Según Tapper, el miércoles Carr participó en un podcast de extrema derecha y dejó claro que no le gustaron los comentarios de Jimmy Kimmel, calificándolo de «sin talento». Además, Carr agregó que era hora de que Disney, propietaria de ABC, hiciera algunos cambios, y que las estaciones locales que compran contenido licenciado de ABC dieran un paso al frente y dijeran que «si esta basura es lo que vamos a tener en el futuro, no creemos que satisfaga las necesidades de nuestras comunidades».
En cuestión de horas, Nexstar anunció que sus estaciones de televisión locales afiliadas a ABC dejarían de emitir el programa de Jimmy Kimmel debido a los comentarios del presentador. Y poco después, ABC hizo el anuncio de la suspensión indefinida del programa.
Más Allá de la Polémica
Tapper reconoce que puede haber personas legítimamente ofendidas por lo que dijo Jimmy Kimmel, y que la tensión y las emociones están altas. Sin embargo, también señala que hay un acuerdo millonario en juego y muchas personas que quieren ganarse la simpatía del presidente de la FCC y del presidente Trump.
En resumen, la suspensión del programa de Jimmy Kimmel parece responder más a intereses comerciales y políticos que a una simple reacción a sus comentarios. La polémica se convierte en una herramienta para obtener beneficios y favores del gobierno, dejando de lado el verdadero debate sobre la libertad de expresión y la responsabilidad de los medios de comunicación.