Con todo el esplendor de la realeza británica, el Rey Carlos III recibió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una magnífica ceremonia en el Castillo de Windsor. La visita de Estado de dos días del mandatario republicano comenzó con una demostración de poderío y tradición que dejó huella.
Tras llegar al castillo a bordo del helicóptero Marine One, Trump y su esposa Melania fueron recibidos primero por los Príncipes de Gales, Guillermo y Catalina. Posteriormente, el Rey Carlos III les dio la bienvenida en persona, abordando junto a Trump un carruaje dorado tirado por caballos para iniciar la ceremonia.
Una Exhibición de Poderío Militar
Alrededor de 1.300 miembros del ejército británico formaron parte de esta «magnífica ceremonia», según la descripción de la Familia Real. La Guardia de Granaderos, la Guardia de Coldstream y la Guardia Escocesa desfilaron en el Cuadrángulo del Castillo de Windsor, en una exhibición de la imponente fuerza militar del Reino Unido.
El Rey invitó a Trump a inspeccionar personalmente esta Guardia de Honor, en un gesto de cortesía y respeto hacia el mandatario estadounidense. Fue sin duda una demostración de poder y tradición que marcó el inicio de la visita.
Intercambio de Regalos Simbólicos
Durante la ceremonia, Trump obsequió a Carlos III una réplica de la espada que Dwight Eisenhower utilizó en la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, el monarca británico le regaló al presidente un volumen conmemorativo del 250 aniversario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, así como la bandera británica que ondeó en el Palacio de Buckingham el día de su investidura.
Además, Trump y Melania depositaron una corona de flores en la tumba de la fallecida Reina Isabel II, en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. La Primera Dama recibió también un cuenco de plata y esmalte elaborado en Irlanda del Norte, y la Reina Camila fue obsequiada con un broche floral de Tiffany & Co.
Fortaleciendo los Lazos Transatlánticos
Tras la ceremonia en la capilla, los Trump regresaron al castillo para continuar con la agenda de la visita de Estado. Se espera que esta tarde se realice el banquete de gala en el majestuoso St George’s Hall, donde los Reyes ofrecerán una cena en honor de los invitados de la Casa Blanca.
La visita busca fortalecer las relaciones y el vínculo transatlántico entre Estados Unidos y el Reino Unido, pese a las diferencias en temas como la guerra en Ucrania o Medio Oriente. Una demostración de que la alianza entre ambas naciones sigue siendo una prioridad estratégica.
