La posición firme del presidente español, Pedro Sánchez, en apoyo a las manifestaciones propalestinas durante la Vuelta Ciclista a España en Madrid ha desatado una ola de críticas por parte del gobierno de Israel. Sánchez condenó la «barbarie» de Israel y Rusia, exigiendo que ninguno de estos países participe en competiciones internacionales hasta que cesen sus acciones violentas.
En un discurso ante el Congreso, Sánchez afirmó que «hasta que no cese la barbarie» en el asediado enclave palestino de Gaza, ni Rusia ni Israel deberían estar presentes en eventos deportivos internacionales. Esto se produjo después de que la etapa final de la Vuelta Ciclista tuviera que ser suspendida debido a las protestas propalestinas en Madrid, que condenaban el «genocidio» israelí.
España, Ejemplo de Defensa de los Derechos Humanos
Según Sánchez, este sentimiento de rechazo a la violencia de Israel y Rusia es compartido por la «inmensa mayoría» de los ciudadanos españoles, independientemente de sus preferencias políticas. «Están en el sentido común, están en la defensa de los derechos humanos y el derecho internacional, que está siendo menoscabado por Rusia y por Israel», afirmó el mandatario.
El presidente español elogió la movilización del pueblo español en apoyo a «causas justas, como la de Palestina», calificándolo como «ejemplo y orgullo ante una comunidad internacional» que se pronuncia contra la «barbarie» en Gaza. Sánchez cuestionó por qué se expulsó a Rusia de las competiciones deportivas tras la invasión de Ucrania, pero no se ha hecho lo mismo con Israel después de la invasión de Gaza.
La Reacción Furiosa de Israel
La postura de Sánchez ha generado una furiosa reacción por parte del gobierno israelí. El ministro de Exteriores, Gideon Saar, acusó al presidente español de incitar a las manifestaciones propalestinas, «normalizando la violencia política» y animando a «sabotear» la competición ciclista.
Saar calificó a Sánchez y a sus ministros como «comunistas» que han «animado a la violencia». Además, a través de sus redes sociales, el ministro israelí tildó al presidente español de «antisemita y mentiroso», cuestionando si fue Israel o el grupo terrorista Hamás quien «invadió» el otro.
Esta escalada de tensión entre España e Israel refleja la creciente presión internacional sobre Tel Aviv por sus acciones en Gaza, con la Unión Europea incluso proponiendo suspender el acuerdo comercial con Israel. España se ha posicionado como un firme defensor de los derechos humanos, desafiando a aquellos que, como Israel, violan el derecho internacional.