El gobierno de Argentina ha vuelto a acusar a Rusia de estar detrás de una red de espionaje que habría filtrado audios comprometedores de Karina Milei, la hermana del presidente Javier Milei. Sin embargo, Rusia ha rechazado categóricamente estas acusaciones y exige una explicación detallada.
Según la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, la filtración de los audios sería el resultado de una «impresionante maniobra de inteligencia» llevada a cabo por una red de agentes rusos, venezolanos, políticos kirchneristas y periodistas argentinos. Bullrich enmarcó la denuncia en la Ley de Inteligencia Nacional, que prohíbe a los organismos de inteligencia influir en la situación política o la opinión pública.
Desde Rusia, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha rechazado firmemente estas acusaciones, calificándolas de «infundadas y sin pruebas». El gobierno ruso recordó la vigencia del Tratado de Asistencia Legal Recíproca en Materia Penal firmado con Argentina, que establece un procedimiento formal para la cooperación en temas sensibles.
En un comunicado, Rusia exigió recibir «una explicación detallada» de las «inaceptables declaraciones» de la ministra argentina, argumentando que estas «no ayudan a mantener las relaciones constructivas de amistad» entre ambos países.
Esta no es la primera vez que Argentina acusa a Rusia de actividades de espionaje en su territorio. En junio de 2025, el gobierno de Milei denunció la presencia de una red de espías rusos vinculada al «Proyecto Lakhta» del oligarca ruso Yevgeniy Prigozhin. Sin embargo, la embajada rusa en Buenos Aires también desmintió categóricamente esas acusaciones en aquel momento.
Mientras tanto, la sociedad argentina sigue expectante ante las graves acusaciones de corrupción que pesan sobre Karina Milei y su asesor, que supuestamente cobrarían sobornos de empresas farmacéuticas a cambio de contratos millonarios. El presidente Javier Milei aún no ha presentado argumentos explícitos para desmentir estos señalamientos.
En un contexto de creciente tensión entre Argentina y Rusia, el gobierno de Putin exige una explicación urgente de las «inaceptables» declaraciones de la ministra Bullrich, en un intento por mantener las relaciones bilaterales en un momento delicado.