En una decisión contundente, la Corte Suprema de Chile anuló un fallo previo de la Corte de Apelaciones y ordenó al Club Deportivo Universidad Católica (CDUC) pagar una millonaria indemnización a un joven rugbista víctima de un violento «bautizo» durante una gira del equipo en París.
Según el fallo dado a conocer este lunes, el 21 de septiembre de 2019, mientras el equipo M16 de rugby del CDUC se encontraba de gira en la capital francesa, «un grupo de jóvenes de la delegación cortó el pelo al actor -quien también pertenecía al equipo- con una máquina afeitadora, contra su voluntad». Lo más grave es que este acto vandálico se llevó a cabo «en presencia de los adultos de la comitiva (demandados), quienes aceptaron y no impidieron el denominado ‘bautizo'», resultando el menor con «varias heridas superficiales en el cuero cabelludo y un golpe en la frente, sin que atendieran sus lesiones».
Corte Suprema anula rebaja de indemnización
Con esta resolución, la Corte Suprema deja sin efecto lo determinado por la Corte de Apelaciones en septiembre de 2024, que había rebajado drásticamente la indemnización de 15 millones de pesos a solo 2 millones.
Según el máximo tribunal, los jueces de segunda instancia «deciden rebajar el monto a indemnizar en más de un 85% de lo otorgado en primera instancia, omitiendo expresar los motivos que tuvieron en cuenta para realizar tal considerable modificación; máxime si dejó a salvo todo lo argumentado por el juez a quo para otorgar la indemnización y el monto referido».
Responsabilidad del club y los adultos a cargo
Además del CDUC, la Corte Suprema determinó que tres personas naturales también deberán pagar la indemnización: Sergio Blumel González (director de la rama M16 rugby UC), Sebastián Gajardo Osorio (head coach de la rama) y Freddy Díaz González (entrenador).
Este fallo envía un claro mensaje de que las instituciones deportivas y los adultos a cargo tienen la obligación de velar por la seguridad y el bienestar de los jóvenes atletas bajo su cuidado, incluso durante giras y eventos fuera de sus instalaciones.
La decisión de la Corte Suprema busca no solo reparar el daño causado al joven rugbista, sino también prevenir futuros incidentes de este tipo y promover una cultura de respeto y cuidado en el deporte juvenil.