En un lamentable episodio de violencia, el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y La Universidad de Chile (La U) se vio envuelto en una ola de disturbios entre las barras de ambos equipos. Según los reportes, la situación se tornó tan caótica que la barra del equipo argentino intentó ingresar por la fuerza al camarín del conjunto chileno.
De acuerdo a lo informado por TyC Sports, en medio de toda la violencia desatada, la barra de Independiente habría intentado acceder al vestuario visitante. Afortunadamente, las puertas fueron cerradas a tiempo y los hinchas argentinos no lograron concretar su intento.
Un milagro que no ingresaran
Según los comentarios de los periodistas en la transmisión en vivo, la situación fue realmente crítica. «Lo que me cuentan a mí es que la barra de Independiente intentó ingresar al vestuario visitante. Justo la gente cerró las puertas, no pudieron ingresar de milagro», señalaron.
Además, se indicó que posiblemente alguien habría abierto los portones, lo que habría facilitado el intento de la barra de Independiente por acceder al camarín de La U. «Lo de vestuario es un milagro, son puertas de madera», agregaron.
Destrucción del bus de La U
Lamentablemente, los incidentes no se limitaron al intento de irrumpir en el vestuario. El plantel de La Universidad de Chile también sufrió la destrucción del bus que los trasladaba al estadio Libertadores de América, recinto donde Independiente oficia de local.
Ante este caótico panorama, la Conmebol decidió suspender el partido, evitando así que la situación se agravara aún más. Ahora, se espera que el organismo sudamericano resuelva el futuro de este cruce de octavos de final de la Copa Sudamericana.
Un lamentable episodio de violencia
Este incidente se suma a la larga lista de episodios de violencia que han manchado el fútbol sudamericano en los últimos años. Lamentablemente, la seguridad de los jugadores, cuerpos técnicos y aficionados sigue siendo un desafío pendiente en el continente.
Queda por ver si la Conmebol tomará medidas drásticas para sancionar a los responsables y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. El fútbol merece ser disfrutado en un ambiente de sana convivencia y respeto.