En un nuevo golpe devastador para el deporte palestino, el jugador de baloncesto Mohammed Shaalan, de 39 años, ha fallecido trágicamente mientras intentaba conseguir comida para alimentar a sus seis hijos en la Franja de Gaza. Shaalan, una figura destacada en el baloncesto local, jugó para los clubes Khadamat Al-Bureij y Khadamat Al-Maghazi, contribuyendo a los títulos de la Liga de Baloncesto de Gaza.
La muerte de Shaalan se produce apenas dos semanas después de que Suleiman al-Obeid, exjugador de la selección nacional y considerado el «Pelé palestino», también perdiera la vida cerca de Jan Yunis mientras buscaba asistencia humanitaria para su familia. Estas pérdidas se suman a las de más de 660 atletas que han muerto en Gaza desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre de 2023, ya sea por bombardeos o en los alrededores de los centros de distribución de ayuda, donde la población se arriesga diariamente para conseguir alimentos.
Una crisis humanitaria devastadora
Según el Ministerio de Salud de Gaza, desde el estallido del conflicto, más de 62.000 gazatíes han perdido la vida en ataques israelíes, incluidos casi 2.000 que fallecieron por disparos del Ejército israelí mientras aguardaban en carreteras o cerca de puntos de reparto de ayuda humanitaria.
Para los atletas palestinos, esta crisis humanitaria ha tenido un impacto devastador. Mohammed Shaalan y Suleiman al-Obeid son solo dos de los muchos deportistas que han pagado un alto precio por la violencia del conflicto, dejando atrás familias y comunidades en duelo.
El baloncesto, una pasión que se apaga
El baloncesto palestino está de luto por la pérdida de Mohammed Shaalan, cuya trayectoria y logros en la cancha eran ampliamente reconocidos. Su muerte es un duro golpe para un deporte que ha sido testigo de cómo la crisis humanitaria en Gaza ha arrebatado la vida de tantos de sus protagonistas.
Mientras la población gazatí continúa luchando por sobrevivir en medio de la escasez de alimentos, agua y servicios básicos, la tragedia de Shaalan y otros atletas pone de manifiesto el alto precio que están pagando los palestinos por el conflicto. Sus historias son un recordatorio doloroso de la urgente necesidad de una solución que ponga fin a esta crisis y permita a la gente de Gaza reconstruir sus vidas y sus sueños.
