Una serie de lluvias monzónicas inusualmente intensas han azotado el norte de Pakistán, dejando un devastador saldo de al menos 321 personas muertas y 23 heridas en las últimas 48 horas. La provincia montañosa de Khyber-Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán, ha sido la más impactada por estas tormentas, con 307 víctimas fatales.
La mayoría de las víctimas fueron arrastradas por crecidas repentinas o murieron al derrumbarse sus casas, electrocutadas o alcanzadas por rayos. Bilal Ahmed Faizi, portavoz de los servicios de emergencia, informó que más de 2.000 rescatistas han sido movilizados para recuperar cuerpos y buscar sobrevivientes, pero las fuertes lluvias, los deslizamientos de tierra y las carreteras bloqueadas dificultan el acceso de las ambulancias.
Esfuerzos de rescate y evacuación
Según Faizi, los socorristas intentan evacuar a los sobrevivientes, pero muy pocos aceptan partir «porque perdieron seres queridos, aún prisioneros bajo los escombros». Desde una perspectiva económica, esta tragedia representa un duro golpe para las comunidades afectadas, que ya de por sí enfrentan condiciones de vida precarias.
Lluvias intensas continúan
Además de Khyber-Pakhtunkhwa, otras regiones de Pakistán también se han visto afectadas por estas lluvias devastadoras. En la parte de Cachemira administrada por India se registraron al menos 60 víctimas en un pueblo del Himalaya, y otras 80 siguen desaparecidas. En la región turística de Gilgit-Baltistán, en el extremo norte paquistaní, cinco personas perdieron la vida.
En total, 657 personas han fallecido -incluyendo un centenar de niños- y 888 han resultado heridas desde que a finales de junio comenzó esta temporada de monzones de una intensidad «inusual», según las autoridades. Syed Muhamad Tayab Shah, de la entidad nacional de gestión de catástrofes, señala que «más de la mitad de las víctimas murieron por la mala calidad de las estructuras».
Llamado a la precaución
El departamento meteorológico de Pakistán ha emitido una alerta de lluvias intensas para las próximas horas en el noroeste del país y ha instado a la población a tomar «medidas de precaución». Estas devastadoras inundaciones son un recordatorio de la urgente necesidad de mejorar la infraestructura y la preparación ante desastres naturales en Pakistán.
