En una nueva escalada de violencia en la Franja de Gaza, las fuerzas israelíes han asesinado a 62 palestinos, incluyendo a 32 personas que esperaban recibir ayuda humanitaria. Este ataque indiscriminado contra civiles indefensos ha sido condenado a nivel internacional como una masacre que agrava aún más la crisis humanitaria en la región.
Según fuentes médicas, los ataques se produjeron en diferentes puntos de la ciudad de Gaza. En el norte, al menos 16 personas murieron en cuatro ataques distintos, incluyendo a una mujer y un niño. En el sur, en la ciudad de Rafah, 32 palestinos fueron asesinados y más de 80 resultaron heridos cuando las tropas israelíes abrieron fuego contra la multitud que aguardaba la distribución de alimentos.
Una crisis humanitaria sin precedentes
Estos nuevos ataques se producen en medio de una grave crisis alimentaria en Gaza, donde cada vez más personas sufren de malnutrición y hambre debido a la falta de suministros. Incluso la harina se ha vuelto escasa y puede llegar a costar 70 dólares el kilo.
Según testigos, miles de palestinos se habían reunido en los centros de distribución de ayuda respaldados por Estados Unidos, en un desesperado intento por obtener alimentos para sus familias. Sin embargo, las tropas israelíes rodearon la zona y abrieron fuego indiscriminadamente contra la multitud.
Un «desastre humanitario sin precedentes»
El Ministerio de Salud de Gaza ha advertido de la inminencia de un desastre humanitario sin precedentes si no se rompe el «silencio internacional» ante esta situación. Médicos de diferentes hospitales han reportado la llegada de un número «sin precedentes» de personas desplazadas con signos de desnutrición aguda y fatiga por la privación prolongada de alimentos.
La comunidad internacional ha condenado enérgicamente estos ataques contra civiles indefensos. El Papa León ha pedido un «alto al fuego» inmediato, mientras que organizaciones de derechos humanos denuncian la detención y desaparición de menores en los puntos de ayuda.
Esta nueva masacre en Gaza no solo deja un saldo trágico de vidas perdidas, sino que también agrava aún más la crisis humanitaria que sufre la población palestina. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para poner fin a esta espiral de violencia y garantizar el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria.
