En una decisión que sorprende a muchos, la ciudad de Málaga ha renunciado a ser sede del próximo Mundial FIFA 2030, que se celebrará en España, Portugal y Marruecos. El alcalde, Francisco De la Torre, ha anunciado esta resolución tras reunirse con representantes de las instituciones propietarias del estadio de La Rosaleda y con la Federación de Peñas y Grada de Animación del Málaga CF.
La razón principal detrás de esta renuncia es proteger los intereses del club y de su afición. Según De la Torre, las obras necesarias para adecuar el estadio de La Rosaleda a los requerimientos del Mundial supondrían un «riesgo para el club» y un «problema para la afición», algo que «no merece la pena».
Prioridad al Club y a los Aficionados
El alcalde ha sido claro: «Elegir entre el Mundial y el club, elegimos el club y la afición. Estamos con el Málaga». Para la ciudad, el club es «muy importante» y quieren que «vaya a más», por lo que no están dispuestos a poner en riesgo su futuro por albergar un evento internacional.
Uno de los principales problemas es que la sede alternativa propuesta, el Ciudad de Málaga, solo tendría capacidad para 12.500 espectadores, cuando el club cuenta con más de 26.000 abonados. Esto habría supuesto dejar fuera a una gran parte de la afición malaguista durante el Mundial.
Nuevo Estadio en Perspectiva
Pero la renuncia a ser sede del Mundial no significa que Málaga se quede sin un nuevo estadio. De la Torre ha anunciado que habrá una nueva instalación, ya sea en el mismo emplazamiento de La Rosaleda o en otro lugar de la ciudad. «Queremos que haya un nuevo estadio, no será para el Mundial, pero lo habrá, es un compromiso firme», ha afirmado.
Esta decisión, si bien puede ser decepcionante para algunos, demuestra la prioridad que Málaga otorga a su club y a su afición. En un momento en el que muchas ciudades compiten por albergar eventos deportivos de alto perfil, Málaga ha optado por anteponer los intereses a largo plazo de su equipo y de sus seguidores.
La renuncia de Málaga podría beneficiar a otras ciudades candidatas, como Valencia, que había acusado «injusticia» por no ser elegida inicialmente. Sin embargo, la decisión de Málaga parece responder a una estrategia bien meditada, enfocada en el bienestar de su club y de su comunidad de aficionados.
