En un revelador episodio de su podcast Bombastic, la actriz María José Prieto, esposa de Cristián Campos, acusó directamente a Claudia di Girolamo, madre de la hijastra de Campos, de haber interferido en las oportunidades laborales de su esposo mucho antes de que el caso de abuso sexual llegara a los tribunales.
Según Prieto, tanto Claudia como su hija Raffaella habrían «empezado a quitarle trabajo a Cristián esparciendo rumores con productores», incluso antes de que se presentara una querella formal. La actriz afirmó que la agencia Luz, que representaba a Campos, lo habría desvinculado a raíz de una «exigencia directa» de Claudia di Girolamo.
Esto se produce luego de que Cristián Campos fuera sobreseído por prescripción en el caso de abuso sexual, aunque el juez Edgardo Gutiérrez acreditó tres hechos de vulneración sexual. Prieto ha sido una firme defensora de la inocencia de su esposo, declarando anteriormente que Raffaella «siempre andaba inventando» y desestimando la veracidad de las acusaciones.
Ante la falta de trabajo de Campos, Prieto reveló que ambos han recurrido a la meditación y el yoga para hacer frente a «tanta oscuridad». La actriz también cuestionó el supuesto poder que aún conservaría Claudia di Girolamo en la industria, sugiriendo que podría tener importantes influencias.
Este caso pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las figuras públicas cuando se ven envueltas en escándalos, incluso cuando son absueltos de cargos formales. La acusación de Prieto contra Claudia di Girolamo plantea interrogantes sobre el alcance de la influencia que pueden ejercer las partes involucradas en este tipo de situaciones.