En un fallo unánime, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Puerto Montt condenó a un hombre a ocho años de cárcel por el delito consumado de violación contra su propia hija menor de 14 años. Los hechos tuvieron lugar entre 2013 y 2016, en el interior de un domicilio ubicado en Nueva Braunau, comuna de Puerto Varas.
Según lo acreditado por la justicia, F.B.S.S. cometió en al menos una ocasión actos de relevancia y connotación sexual contra su hija nacida en 2005. Además de la pena de prisión, el tribunal aplicó una serie de penas accesorias, incluyendo la inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos, la interdicción del derecho de ejercer la guarda y ser oído como pariente, y la prohibición de acercarse a la víctima por 5 años tras cumplir la condena.
Este caso pone de manifiesto la gravedad del abuso sexual intrafamiliar y la necesidad de que la justicia actúe con firmeza para proteger a las víctimas más vulnerables. La sentencia ejemplar busca no solo castigar al culpable, sino también enviar un mensaje claro de tolerancia cero ante este tipo de delitos aberrantes.
Penas Adicionales y Medidas de Protección
Además de la condena a ocho años de prisión, el tribunal impuso al sujeto otras sanciones de carácter accesorio:
- Inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos, así como derechos políticos.
- Inhabilitación absoluta para ejercer profesiones titulares mientras dure la condena.
- Sujeción a vigilancia de la autoridad durante los 10 años siguientes al cumplimiento de la pena principal.
- Prohibición de acercarse a la víctima, su domicilio, lugar de estudio o donde se encuentre, por 5 años tras cumplir la condena.
- Toma de muestras biológicas para determinar su huella genética e incluirla en el registro nacional de ADN de condenados.
Estas medidas adicionales buscan no solo castigar al agresor, sino también proteger a la víctima a largo plazo y evitar que pueda volver a cometer delitos similares en el futuro.
Tolerancia Cero ante el Abuso Sexual Infantil
Este caso refleja la determinación de la justicia chilena en sancionar con firmeza los delitos de abuso sexual contra menores, especialmente cuando se trata de abusos cometidos por familiares cercanos. La sociedad no puede tolerar este tipo de conductas aberrantes que destruyen la vida de niños y niñas indefensos.
Es fundamental que las autoridades y la comunidad en general mantengan una posición inquebrantable de rechazo total al abuso sexual infantil, y que se brinde todo el apoyo y protección necesarios a las víctimas para que puedan sanar y rehacer sus vidas.
