La Ciudad de México enfrenta una crisis ambiental sin precedentes, según un alarmante estudio realizado por geólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Advierten que la metrópoli se hundirá hasta 3 metros en los próximos 10 años, con un promedio de 10 a 30 centímetros de hundimiento anual.
Este fenómeno, conocido como subsidencia, se debe principalmente a la extracción irracional de agua de los pozos subterráneos y al peso de las construcciones que han compactado el suelo arcilloso y volcánico de la ciudad. Algunas zonas ya presentan un hundimiento de hasta 40 centímetros por año, como es el caso de la alcaldía de Iztapalapa.
Un futuro inundable e inhabitable
Según los expertos, el 70% del suelo de la Ciudad de México se considera inundable, una situación que se agrava durante la temporada de lluvias debido al hundimiento de la ciudad, la falta de permeabilidad del suelo y el entubamiento de los ríos que servían como sistema de drenaje natural.
Sergio Rodríguez, geólogo de la UNAM, advierte que «este es el punto de no retorno. Ya no hay forma de parar este proceso». Wendy Morales, también geóloga de la UNAM, señala que pueden ocurrir dos escenarios: adaptación con mayor marginación o desplazamientos forzosos a otras zonas del país.
Desigualdad en el acceso al agua
La situación es paradójica, ya que las zonas más afectadas por las inundaciones y el hundimiento son aquellas donde se extrae el agua de los pozos subterráneos, mientras que los nuevos edificios de lujo «nunca van a tener problemas de falta de agua, porque pagan mucho para eso», lamenta Morales.
Descentralizar la ciudad
Los expertos coinciden en que la única solución a largo plazo es descentralizar la Ciudad de México, creando nuevas ciudades o centros urbanos planificados con empleos, servicios y oportunidades, para que la población pueda regresar a su vida cotidiana sin los impactos del hundimiento.
Rodríguez subraya la importancia de apoyar la economía informal como motor de crecimiento de estos nuevos asentamientos, y la necesidad de trasladar la industria y las instituciones fuera de la capital.
El futuro de la Ciudad de México es incierto, pero los expertos advierten que la acción es urgente para evitar desplazamientos masivos y áreas inhabitables en los próximos años.
