La Cordillera Baguales, a solo 120 kilómetros al noroeste de Puerto Natales, es un lugar remoto y misterioso que esconde uno de los mayores yacimientos fósiles de Chile. Esta cadena montañosa de 60 kilómetros de largo, separada de Torres del Paine por los ríos Baguales y de las Chinas, alberga un registro único de la historia de la Tierra que abarca desde el Cretácico hasta el Eoceno.
Un Viaje a Través del Tiempo
Caminar por la Sierra Baguales es como recorrer distintas épocas geológicas. Aquí se pueden encontrar fósiles de eucaliptos, nalcas, palmeras, robles y araucarias que pertenecen a antiguos bosques prehistóricos, así como restos de reptiles marinos, cocodrilos, tortugas, pingüinos y tiburones que habitaron estos parajes cuando eran mares profundos o someros.
Un hallazgo particularmente interesante fue el de los Arqueocetos, un tipo de cetáceo primitivo que aún conservaba cuatro patas y que se cree fue uno de los ancestros de las ballenas actuales. Este descubrimiento, único en Chile, nos brinda una ventana al pasado y a la evolución de estos imponentes mamíferos marinos.
La Ruta de los Nothofagus
Los paleontólogos definen a la Sierra Baguales como una «aduana» entre Sudamérica y la Antártida, ya que aquí se registra el flujo de intercambio de flora y fauna entre estos dos continentes cuando aún estaban conectados. Uno de los ejemplos más claros son los Nothofagus, un género de árboles que hoy en día solo se encuentra en el hemisferio sur.
A través de este lugar, los Nothofagus, como el roble, el raulí, la lenga y los coihues, ingresaron a Sudamérica desde la Antártida hace unos 68 millones de años. Incluso se ha podido comprobar que hubo tres pulsos distintos de migración de estos árboles, lo que ha permitido reconstruir en detalle esta fascinante ruta evolutiva.
Explorando el Pasado
Hace más de 100 años, los primeros paleontólogos se aventuraron a estas remotas montañas, atraídos por los relatos de los baqueanos sobre la abundancia de fósiles. Sin embargo, no fue hasta 2006 que se inició una exploración más sistemática liderada por la doctora Teresa Torres González de la Universidad de Chile.
Las adversidades climáticas, como el viento, la lluvia y las bajas temperaturas, han dificultado el trabajo, pero los hallazgos han superado todas las expectativas. Hoy, un equipo multidisciplinario de científicos, incluyendo biólogos, geólogos y paleobotánicos, continúa explorando y desentrañando los secretos de este fascinante lugar.
Conservando un Tesoro Paleontológico
Conscientes de la importancia de este patrimonio, un grupo de privados ha creado el Complejo Geo Paleontológico «La Cumbre-Baguales», un área protegida que alberga uno de los yacimientos más importantes de Chile. Su misión es estudiar, proteger y conservar este lugar único.
Aunque aún no se ha habilitado un museo permanente, se están desarrollando proyectos para mostrar al mundo el extraordinario pasado de esta inhóspita y lejana región de la Patagonia chilena. Mientras tanto, es fundamental que los visitantes respeten los fósiles y vestigios, evitando su extracción o alteración, para preservar la integridad de este invaluable tesoro paleontológico.