Fiorella Choca, una mujer migrante y madre de tres niños, ha roto su silencio después de que su expareja, el periodista Rafael Cavada, fuera sobreseído en la denuncia por violencia intrafamiliar que ella presentó. En un comunicado público, Choca expone las razones por las que decidió no continuar con el proceso legal, destacando que su prioridad es el bienestar de sus hijos.
Según Choca, la decisión de no seguir adelante con la denuncia no se debió a que fuera una acusación falsa o por intereses económicos, sino a que, como mujer migrante con una red de apoyo limitada en Chile, tuvo que elegir sus batallas. Ella asegura que cubre todos los gastos de sus tres hijos y que, recientemente, recibió una orden de embargo por una millonaria deuda con una clínica.
En su comunicado, Choca expresa su profunda perturbación por la forma en que Cavada ha intentado limpiar su imagen pública, incluso solicitando una rebaja en la pensión de alimentos a solo $300.000 mensuales. «Me perturba profundamente que alguien sea capaz de ensuciar a la madre de sus hijos para limpiar su imagen pública. Más aún cuando esa persona se presenta como líder de opinión», afirma Choca.
Además, Choca deja claro que la violencia que sufrió no prescribe y que no fue una estrategia ni una mentira. «La violencia que sufrí no prescribe. No fue ni es una estrategia. No fue ni es mentira. Y ojalá nadie tenga que vivir lo que yo viví. Yo duermo tranquila. Porque todo lo que hago es por mis hijos, desde el amor y la convicción. Vivir en paz debería ser un derecho básico. Y no: una mentira bien contada no se transforma en verdad», enfatiza.
El caso de Fiorella Choca pone de manifiesto los desafíos que enfrentan las mujeres migrantes y madres solteras al denunciar la violencia intrafamiliar, y la importancia de brindar un apoyo integral y efectivo a las víctimas. Su valentía al compartir su historia es un llamado a la sociedad para que se escuchen y se tomen en serio las denuncias de violencia de género.