Indonesia ha puesto en marcha un controvertido programa que envía a adolescentes «indisciplinados» a cuarteles militares en la provincia de Java Occidental, con el objetivo de «reformarlos» y mejorar su disciplina. Este plan, que aspira a expandirse a nivel nacional, ha generado críticas por la militarización de las instituciones educativas.
Según el medio local Tempo, alrededor de 70 menores de entre 12 y 15 años ya han sido internados en estos recintos militares, donde recibirán orientación de diversos instructores durante seis meses. El gobernador de Java Occidental, Dedi Mulyadi, afirma que esta iniciativa mejorará la disciplina estudiantil, siempre con el consentimiento previo de los tutores de los adolescentes.
Educación o Militarización: El Debate en Torno al Programa
El ministro de Derechos Humanos de Indonesia, Natalius Pigai, ha declarado que esta medida no supone una violación de las leyes que protegen a los menores, ya que se trata de «educar a menores indisciplinados» en aspectos como salud mental, carácter y disciplina, sin aplicar castigos corporales.
Sin embargo, la iniciativa se produce en medio de protestas contra una reforma legislativa que amplía el acceso de militares en activo a puestos civiles, lo que ha sido visto como un retroceso en el proceso democrático del país. El yerno del fallecido dictador Suharto, Prabowo Subianto, ganó las elecciones del año pasado con un perfil militar, lo que ha generado preocupación por la militarización de las instituciones.
Abordando la Delincuencia Juvenil o Adoctrinamiento Militar
El gobernador de Java Occidental justifica esta medida por un supuesto aumento de «bandas de motociclistas» delictivas conformadas por jóvenes en edad escolar. No obstante, algunos expertos cuestionan si este programa realmente aborda las raíces de la indisciplina y la delincuencia juvenil, o si se trata de un intento de adoctrinamiento militar bajo el pretexto de la reforma educativa.
La implementación a escala nacional de este modelo, tal como ha anunciado el gobierno, generará un debate más amplio sobre los límites entre la educación y la militarización, y si este enfoque es realmente la mejor solución para abordar los desafíos de la juventud indonesa.
