Merz, el líder cristianodemócrata, se enfrenta a una segunda ronda de votaciones en el Parlamento alemán para ser elegido canciller. Este proceso inédito en la historia reciente del país se produce después de que Merz no lograra la mayoría necesaria en la primera votación, algo nunca antes visto.
La segunda ronda de votación comenzó pasadas las 15:30 hora local (9:30 hora de Chile) de este martes, tras un primer intento por la mañana que acabó en fracaso. En la primera votación, Merz obtuvo 310 votos a favor y 307 en contra, quedándose a seis votos de la mayoría absoluta requerida de 316 votos.
Un Desafío Histórico para Merz
La situación a la que se enfrenta Merz es sin precedentes en la historia de la República Federal de Alemania. Nunca antes un candidato a canciller había fracasado en su primer intento de ser elegido jefe de Gobierno.
«De ello se desprende que un total de 18 diputados de las filas conservadoras y/o socialdemócratas -todos presentes en el Hemiciclo- no emitieron un voto favorable a Merz, ya que el bloque conservador y el grupo socialdemócrata, la acordada futura coalición de gobierno, cuentan juntos con 328 escaños, frente a 302 de la oposición.»
Ante este escenario inédito, la presidenta de la Cámara Baja, Julia Klöckner, suspendió la sesión para dar tiempo a los grupos parlamentarios para deliberar. Posteriormente, se consensuó celebrar esta misma jornada una segunda ronda de votaciones para elegir a Merz como canciller.
Requisitos y Posibles Escenarios
Para ser elegido en esta segunda ronda, Merz sigue necesitando la mayoría absoluta, es decir, 316 votos. De ser elegido, se dirigirá al Palacio de Bellevue, la residencia oficial del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, donde será nombrado oficialmente décimo canciller de la República Federal de Alemania.
En caso de no ser elegido, esta segunda ronda contempla un número ilimitado de votaciones, aunque el requisito es siempre que el futuro canciller reciba la aprobación de la mayoría absoluta. Esto significa que Merz tendrá nuevas oportunidades para intentar alcanzar el cargo, en un proceso que se perfila como un desafío histórico para el líder conservador.
