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lunes, abril 21, 2025

Revelando los Secretos de la Fabricación Global: Cómo los Influencers Chinos Desafían el Orden Comercial Establecido

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En medio de la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China, una ola de videos virales en TikTok está sacudiendo los cimientos del orden económico establecido. Supuestos influencers chinos, incluyendo algunos que afirman trabajar en fábricas, están animando a los compradores estadounidenses y del mundo a eludir los aranceles de Donald Trump adquiriendo productos directamente en la «fábrica del mundo»: China.

Pero esta narrativa no es tan simple como parece. China, reconocida por su excelencia en la fabricación de réplicas, copias e imitaciones, también es el hogar de una industria manufacturera que abastece a algunas de las marcas más prestigiosas del mundo. Estos videos, que muestran tanto a marcas estadounidenses como europeas de lujo, plantean interrogantes sobre la veracidad de lo que se expone y las implicaciones que podrían tener para las relaciones comerciales a largo plazo.

Revelando los Secretos de la Producción

Los videos, grabados en supuestas fábricas chinas que abastecen a marcas como Lululemon y Nike, pretenden «evidenciar» cómo se fabrica la gran mayoría de los bienes de consumo en la segunda economía más grande del mundo. Los creadores de contenido proporcionan incluso direcciones web y datos de contacto para que los seguidores puedan comprar directamente a estos proveedores.

Sin embargo, la veracidad de estas afirmaciones es cuestionable. Un portavoz de Lululemon aclaró que la empresa fabrica solo el 3% de sus productos en China continental y que los artículos auténticos solo están disponibles a través de sus canales oficiales. Además, alrededor de la mitad de los zapatos deportivos de Nike se fabrican en Vietnam, y casi una tercera parte del resto de sus prendas también provienen de ese país del sudeste asiático.

¿Comprar Directamente a Fabricantes Chinos?

«El material y el trabajo son básicamente los mismos», afirma una creadora de contenido, dejando un manto de dudas sobre la veracidad de lo que expone.

China es extremadamente reservada con respecto a los contratos que suscribe con empresas extranjeras, por lo que conocer detalles sería casi imposible. Además, los fabricantes chinos no pueden realizar ventas directas a consumidores, ya que actúan únicamente como proveedores. De hacer lo contrario, se exponen a multas, desprestigio y pérdida de contratos, debido a la exigencia del gobierno de Pekín en el cumplimiento de los acuerdos.

La Guerra Comercial se Libra en las Redes Sociales

El gran volumen de videos de temática similar apunta a una reacción popular contra los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, incluido un gravamen del 145% a China. Aunque no está claro cómo el hecho de hacer pedidos directamente a proveedores chinos permitiría a los consumidores eludir algún arancel, los videos reflejan una reacción a la narrativa de la Casa Blanca de que las medidas económicas benefician a los estadounidenses.

Estas publicaciones son mucho más confrontativas y burlonas con Estados Unidos, en lugar de mostrarlo como una amenaza, según Tom Harper, profesor de relaciones internacionales chinas en la Universidad de East London. Siguen una ola de imágenes generadas por inteligencia artificial que muestran a estadounidenses trabajando en líneas de montaje, añadió Harper.

Tensión EE.UU.-China por los Aranceles

Recientemente, Estados Unidos anunció exenciones arancelarias para una gama de productos chinos, como electrónicos, computadoras y semiconductores, aunque se desconoce su duración. Sin embargo, estas medidas no tendrán impacto en la mayoría de los productos exportados por China a EE.UU., incluyendo la ropa y los accesorios producidos por proveedores chinos que aparecen en los videos de TikTok.

Cameron Johnson, socio principal de la consultora Tidalwave Solutions con sede en Shanghái, cree que, de seguir escalando la guerra comercial, llegaría el momento «de una completa democratización del abastecimiento de productos» y que sean las fábricas las que vendan de forma directa a los consumidores, desafiando el orden comercial establecido.

Estas publicaciones virales plantean interrogantes sobre la transparencia de la cadena de suministro global y las implicaciones que podrían tener para las relaciones comerciales a largo plazo entre marcas y fabricantes. A medida que la tensión comercial entre Estados Unidos y China continúa, es probable que veamos más intentos de desafiar el statu quo y democratizar el acceso a los productos manufacturados en China.

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