Jorge Luchsinger Mackay ha vivido una pesadilla que ninguna familia debería enfrentar. En la madrugada del 4 de enero de 2013, sus padres, Werner Luchsinger (75 años) y Vivianne Mackay (69 años), fueron asesinados a balazos por un grupo de sujetos en su propia propiedad en Vilcún, región de La Araucanía.
Tras un extenso juicio oral, solo 4 personas fueron condenadas por este crimen, mientras que los autores intelectuales nunca pagaron por sus actos. Para Jorge, esto es un claro ejemplo de impunidad que refleja las fallas del sistema judicial y la falta de voluntad política para abordar la violencia rural en Chile.
A 12 años de este hecho traumático, Jorge sigue protegido por la policía y luchando por honrar la memoria de sus padres. En esta entrevista, comparte su dolorosa experiencia, su frustración con la inacción del Estado y su convicción de que la defensa personal es un derecho legítimo cuando el sistema falla en proteger a los ciudadanos.
Impunidad y Fallas del Estado
Jorge lamenta que los autores intelectuales del crimen nunca hayan sido castigados, y que solo 3 personas hayan sido condenadas. Para él, esto demuestra que hubo impunidad en el caso, ya que el nivel de preparación y reiteración de estos hechos revela que no se trató de un «delito común», sino de un acto terrorista con el objetivo de «causar temor en la población».
Según Jorge, el Estado ha sido lento en reaccionar y evitar que este tipo de hechos sigan ocurriendo. Considera que la seguridad de los ciudadanos es responsabilidad del Estado, que tiene la obligación de proteger los derechos de las personas. Sin embargo, lamenta que los diferentes organismos estatales, como el Poder Judicial, Ejecutivo y Legislativo, no se hayan puesto de acuerdo para ejercer ese rol de manera efectiva.
Defensa Personal y Derecho a la Seguridad
Ante la inacción del Estado, Jorge cree que los ciudadanos tienen el derecho a defenderse cuando sus vidas están en riesgo. Esto lo ejemplifica con el caso reciente del matrimonio asesinado en Graneros, donde la esposa logró llamar a Carabineros, pero no pudo evitar la tragedia.
Jorge considera que la defensa personal es legítima cuando el Estado no cumple con su deber de proteger a la ciudadanía. Aunque no quiere entrar en detalles sobre si posee armas de fuego, deja claro que está dispuesto a defender a su familia si es necesario, ya que «uno no puede estar desprotegido, esperando que algunos lo maten».
Buscando Justicia y Paz Social
A pesar de todo lo vivido, Jorge no se rinde en su búsqueda de justicia. Cree que las autoridades deben comprometerse a aplicar las leyes de manera efectiva, sin permitir que los derechos de los ciudadanos sean vulnerados.
Respecto a la compensación económica que el Estado ha ofrecido a las víctimas de la violencia rural, Jorge considera que nunca será suficiente, ya que «hay cosas que no se pueden compensar». Sin embargo, entiende que es un intento del Estado por asumir cierta responsabilidad.
En cuanto a la paz social, Jorge cree que es fundamental que se deje de «propiciar hechos violentos» con fines políticos. Considera que todos deben cumplir con sus deberes, no solo exigir derechos, para lograr una sociedad más justa y segura para todos.
La historia de Jorge Luchsinger Mackay es un llamado urgente a reformar un sistema que ha fallado en proteger a las víctimas y garantizar la seguridad de los ciudadanos. Su lucha por honrar a sus padres y buscar justicia refleja la necesidad de un cambio profundo en la manera en que el Estado aborda la violencia rural y urbana en Chile.
