La ciudad de Ovalle, en la región de Coquimbo, se vio sacudida por una tragedia sin precedentes el pasado 4 de marzo. Dos accidentes de tránsito, ocurridos en la ruta D-45 con apenas horas de diferencia, cobraron la vida de una madre y sus dos hijos, dejando a la comunidad en un profundo estado de conmoción.
El Primer Accidente
En la madrugada, un automóvil chocó contra un paradero, provocando la muerte de su conductor, Rolando López Jara. Rolando era un mecánico apasionado por los autos, recordado por sus amigos como una persona soñadora y llena de vida.
El Segundo Accidente
Horas más tarde, en un segundo incidente, dos vehículos colisionaron, causando la muerte de dos mujeres: Ingrid Rosales Jara, hermana de Rolando, e Irlanda del Carmen Jara, la madre de ambos.
Éramos amigos de muchos años. Rolando era un soñador empedernido, y por eso éramos tan yuntas y maldadosos
, recuerda Eileen Urqueta, una de las mejores amigas de Rolando desde la escuela.
El Último Adiós
Los familiares y amigos de las víctimas se han reunido en la sede social de la población Manuel Lobos para velar a sus seres queridos. Una misa en su memoria se llevará a cabo el viernes 7 de marzo, antes de que Rolando y su hermana Ingrid sean sepultados en el cementerio Parque del Recuerdo, mientras que Irlanda será trasladada al crematorio Guayacán en Coquimbo.
Esta tragedia ha dejado una profunda huella en la comunidad de Ovalle, que se une para honrar la memoria de una familia que perdió la vida en circunstancias tan dolorosas. La solidaridad y el apoyo mutuo serán fundamentales para acompañar a los seres queridos en este momento de inmensa tristeza.
