Picar cebolla puede ser una de las tareas más desafiantes en la cocina, dejándonos con los ojos llorosos y la nariz irritada. Pero no tienes que sufrir más. Aquí te presentamos dos trucos infalibles para cortar cebolla sin derramar una sola lágrima.
¿Por qué lloramos al picar cebolla?
La razón detrás de este fenómeno es que la cebolla absorbe azufre del suelo. Cuando la cortamos, las moléculas de azufre se evaporan y se dispersan en el aire. Al entrar en contacto con la humedad de nuestros ojos, se produce ácido sulfhídrico, lo que causa irritación y un fuerte lagrimeo.
Truco 1: Sumergir la cebolla en agua
Según expertos en cocina, una forma efectiva de evitar este problema es sumergir la cebolla en agua durante unos 5 minutos antes de cortarla. Esto ayuda a que la cebolla libere los gases sulfurosos en el agua, en lugar de dispersarlos en el aire. Otra opción es cortar la cebolla bajo el chorro de agua de la llave, aunque esto implica un mayor consumo de agua.
Truco 2: Congelar la cebolla
El oftalmólogo español Alberto Ollero recomienda congelar la cebolla antes de cortarla. Esto hace que el proceso de formación de los compuestos volátiles de azufre se ralentice, ya que las enzimas responsables de este proceso disminuyen su eficacia a bajas temperaturas.
Además de estos dos trucos, también se sugiere cortar la cebolla en un lugar bien ventilado, usar lentes de protección y utilizar un cuchillo bien afilado para minimizar la destrucción de las moléculas que causan la irritación.
¡Sigue estos consejos y di adiós a las lágrimas al picar cebolla! Tus ojos te lo agradecerán.