En el campamento de refugiados de Al-Mawasi, cerca de Rafah en la Franja de Gaza, una tragedia ha sacudido a la comunidad. Una niña de tan solo tres semanas de nacida, llamada Sila, murió por el frío extremo en una tienda de campaña. Esta es la tercera muerte en las últimas semanas atribuida a las bajas temperaturas en la región.
El padre de Sila, Mahmoud al-Faseeh, relató su desgarradora experiencia: Durante la noche hacía mucho frío y como adultos ni siquiera lo soportábamos. No podíamos entrar en calor
. La bebé se despertó llorando varias veces y por la mañana fue encontrada inconsciente, con el cuerpo completamente rígido. Los médicos confirmaron que la causa de la muerte fue hipotermia.
Condiciones de vida extremas en Gaza
Este evento subraya las duras condiciones bajo las cuales viven los refugiados en Gaza, especialmente durante el invierno. En el campamento, las temperaturas pueden descender hasta los 4 grados Celsius, exacerbando las ya difíciles condiciones de vida.
La falta de mantas, ropa adecuada y leña para encender fuego hacen que las familias luchen día a día por mantenerse calientes. Además, las tiendas de campaña y lonas que utilizan las familas para cobijarse están desgastadas después de meses de uso intensivo.
Asistencia humanitaria insuficiente
La situación es aún más crítica debido a las dificultades que enfrentan los grupos de ayuda para entregar alimentos y suministros básicos. La ONU ha reportado que al menos 945.000 personas necesitan suministros esenciales para el invierno, los cuales han alcanzado precios extremadamente altos en Gaza.
En medio de esta crisis humanitaria, historias como la de Sila y su familia resaltan la urgente necesidad de asistencia y soporte para los refugiados en Gaza, quienes continúan sufriendo las consecuencias de los desplazamientos y los conflictos prolongados en la región.