Después de más de 43 días de parálisis gubernamental, el Congreso de Estados Unidos aprobó finalmente un proyecto de ley que puso fin al cierre de Gobierno más largo de la historia. El paquete, firmado por el presidente Donald Trump, incluye financiación para agencias federales, extensiones temporales y una controvertida cláusula que permite a los senadores demandar al Departamento de Justicia por registros telefónicos vinculados al asalto al Capitolio de 2021.
La medida revierte los recortes masivos de personal que la administración de Trump había ordenado, con más de 4.000 empleados federales, incluyendo varios cientos en salud pública, que habían sido despedidos o recibieron notificaciones de despido. Ahora, los departamentos estratégicos como Defensa y Asuntos de Veteranos tendrán financiación asegurada hasta el 30 de septiembre de 2026, lo que garantiza la continuidad de sus operaciones.
Estabilidad temporal y prioridades bipartidistas
El paquete legislativo extiende los fondos para la mayoría de las agencias federales hasta el 30 de enero de 2026, brindando una estabilidad temporal tras semanas de parálisis. Esto permitirá planificar infraestructura y servicios médicos con mayor certidumbre, mientras se negocia un paquete presupuestario más amplio que contemple las prioridades tanto de republicanos como demócratas.
Según el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, estas partidas de financiamiento de año completo para áreas como Agricultura, Desarrollo Rural, Asuntos de Veteranos y Construcción Militar son «fundamentales» para mantener la operatividad de programas esenciales que habían quedado paralizados durante el cierre.
Impacto económico y social del cierre
El cierre de Gobierno tuvo un alto costo. Según el Departamento de Transporte, obligó a imponer recortes en el tráfico aéreo de hasta el 6% en 40 aeropuertos, provocando miles de cancelaciones y pérdidas estimadas de hasta 580 millones de dólares diarios para la economía del transporte.
A nivel social, cerca de 42 millones de estadounidenses dejaron de recibir pagos del programa de cupones alimentarios mientras se dilataba el cierre, y grupos de defensa de derechos humanos demandaron al Gobierno por los efectos sobre familias vulnerables.
Una victoria política con consecuencias
La reapertura del Gobierno, calificada por Trump como una victoria ante «una extorsión demócrata», le ha permitido conseguir el financiamiento sin necesidad de ceder en temas de seguridad sanitaria, ya que el Obamacare será eliminado después de diciembre. Sin embargo, el cierre tuvo un impacto negativo sobre los republicanos, que la semana pasada fueron derrotados categóricamente en distintas elecciones locales de Estados Unidos, como la de Gobernador en Virginia, estado donde viven y votan miles de empleados federales afectados.
Trump instó a sus senadores a eliminar «la obstrucción parlamentaria» para que este tipo de cierres no vuelvan a suceder, buscando evitar que se repitan las consecuencias políticas que sufrió su partido.