En un caso que estremece a la sociedad ecuatoriana, una pareja de padres fue condenada por abusar sexualmente de su hijo de 3 años, siguiendo las recomendaciones de una supuesta «bruja». La Justicia impuso una pena de 29 años y 4 meses de prisión a la madre, Martha Flovia V., por su coautoría en la violación del menor.
Según la investigación de la Fiscalía, todo comenzó cuando la hija adolescente de la pareja huyó del hogar familiar tras sufrir abusos sexuales, supuestamente cometidos por el conviviente de la madre. Desesperados por recuperar a su hija, los padres acudieron a una mujer que se hacía pasar por «bruja», quien les recomendó realizar un ritual con el niño de 3 años.
El 12 de septiembre de 2024, la pareja llevó a cabo las acciones exigidas en el marco de este ritual, que consistieron en trasladar al niño al baño de la vivienda, donde el padre lo violentó sexualmente, con la colaboración de la madre. Toda la escena fue grabada en varios videos que enviaron a la «bruja» como pago por sus «servicios».
Sin embargo, al no recibir el pago acordado, la «bruja» envió ese material a otra persona, quien finalmente lo entregó a los hermanos maternos de la víctima. Ellos presentaron la denuncia en la Fiscalía, lo que permitió iniciar la investigación y el posterior procesamiento de los padres.
Durante el juicio, los hermanos del menor reconocieron a la madre y al padrastro como los responsables de los hechos en los videos. Además, la Fiscalía presentó los testimonios de los agentes de Policía y los informes periciales que corroboraron la evidencia.
Finalmente, Martha Flovia V. fue condenada por el delito de violación incestuosa, con una pena privativa de libertad de 19 a 22 años. Sin embargo, debido a la existencia de circunstancias agravantes, la sentencia fue incrementada en un tercio, llegando a los 29 años y 4 meses de prisión. Mientras tanto, el padre de la víctima se encuentra prófugo de la Justicia.
Este caso pone de manifiesto la importancia de denunciar cualquier tipo de abuso infantil y la necesidad de que las autoridades actúen con firmeza para proteger a los más vulnerables. Esperemos que esta condena sirva de ejemplo y que ningún niño vuelva a sufrir semejante horror.
