En un movimiento que ha generado gran atención a nivel global, Estados Unidos llevó a cabo la prueba de un misil balístico intercontinental (ICBM) Minuteman III en la base de la Fuerza Espacial estadounidense en Vandenberg, California. Este ensayo, que no incluyó ojivas nucleares, forma parte de los esfuerzos del país por mantener la fiabilidad y precisión de su arsenal nuclear, en medio de las crecientes tensiones geopolíticas.
Según el Departamento de Defensa, el lanzamiento había sido programado con años de antelación y es una evaluación exhaustiva para verificar y validar la capacidad del sistema ICBM. La teniente coronel Karrie Wray, comandante del escuadrón que llevó a cabo el ensayo, explicó que «los datos recabados durante este tipo de pruebas son valiosísimos para garantizar que los misiles intercontinentales se mantienen fiables y precisos».
Esta prueba se produce después de que el presidente Donald Trump ordenara la semana pasada la reanudación de los ejercicios nucleares de Estados Unidos. Trump justificó esta decisión argumentando que Rusia y China poseen un arsenal nuclear considerable, y que mantener la paridad estratégica es crucial para la seguridad nacional y la disuasión frente a otras potencias.
De acuerdo con datos del Panel Internacional sobre Materiales Fisionables, Estados Unidos cuenta actualmente con alrededor de 5.500 ojivas nucleares operativas, mientras que Rusia posee unas 1.718 y China entre 400 y 500. Estas cifras han sido utilizadas por Trump para respaldar la necesidad de probar los sistemas nucleares estadounidenses.
Si bien el presidente reconoció que «realmente odia tener que hacerlo», argumentó que no tiene otra opción ante la creciente carrera armamentística nuclear a nivel global. Estos ejercicios buscan mantener la capacidad de disuasión y respuesta de Estados Unidos frente a posibles amenazas de sus rivales geopolíticos.
La prueba del misil Minuteman III, sin carga nuclear, forma parte de este esfuerzo por garantizar la fiabilidad y precisión de los sistemas ICBM estadounidenses, en un contexto de creciente tensión y competencia estratégica entre las principales potencias nucleares.
