En una conmovedora historia que entristece a la comunidad de Tomé, un niño de 11 años de edad, hijo de un inmigrante haitiano fallecido en un accidente de tránsito meses atrás, ha perdido la vida mientras se bañaba en las aguas del río Los Quillayes.
La tragedia se suma a la pérdida que ya había sufrido la familia, cuando en junio pasado, el padre del menor, también de nacionalidad haitiana, falleció atropellado por un bus en la Ruta 150 cerca de la cárcel El Manzano, mientras intentaba ayudar a otro vehículo averiado.
Una Familia Marcada por la Adversidad
Según las autoridades, el niño fue rescatado de las aguas por personal de bomberos Gersa, pero lamentablemente llegó sin signos vitales a la posta local, donde finalmente falleció. La alcaldía de Tomé ha expresado su consternación por esta nueva tragedia que enluta a la familia, y ha comprometido su apoyo emocional, social y económico, incluyendo la cobertura de los gastos funerarios.
Esfuerzos de la Comunidad para Brindar Asistencia
La directora de Desarrollo Comunitario, María Bélgica Tripailaf, ha señalado que el municipio está apoyando a la madre del menor, quien no habla español, con la asistencia de un traductor. Además, han contado con el apoyo del presidente de la junta de vecinos del sector Cerro Estanque, donde reside la familia.
Por su parte, la Escuela Cerro Estanque, a la que asistía el niño, ha emitido un comunicado agradeciendo el apoyo a la familia y pidiendo que se unan en oración.
Una Comunidad Unida en el Dolor
Esta doble tragedia que ha golpeado a la familia haitiana ha conmovido profundamente a la comunidad de Tomé, que se ha volcado a brindar su apoyo y acompañamiento en estos momentos tan difíciles. La alcaldía, las autoridades locales y los vecinos han demostrado su solidaridad, reafirmando que en tiempos de adversidad, la unión y el cuidado mutuo son fundamentales.