En un acto de violencia extrema, dos civiles perdieron la vida y un policía resultó herido en la explosión de un coche bomba en la localidad de Suárez, cerca de Cali, en el suroeste de Colombia. Este ataque, atribuido a las disidencias del grupo guerrillero FARC lideradas por el narcotraficante alias ‘Iván Mordisco’, se produjo en las cercanías de la estación de Policía del municipio.
Según informes de las autoridades, la detonación del artefacto explosivo ocurrió en el marco de un hostigamiento armado, dejando a las víctimas mortales como huéspedes de un hotel cercano a la estación policial. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, condenó enérgicamente este «cobarde atentado terrorista», ofreciendo una recompensa de hasta 200 millones de pesos colombianos (aproximadamente 48 millones de pesos chilenos) por información que permita anticipar y evitar hechos similares.
Para Pedro Sánchez, este ataque demuestra «el desespero cobarde de la estructura criminal» ante la pérdida de control territorial y el debilitamiento de sus finanzas ilegales derivadas del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión. Esto, según el ministro, es el resultado de la «presión sostenida de nuestras Fuerzas Militares y de Policía».
La explosión del coche bomba en Suárez es un recordatorio de la persistente amenaza que enfrentan las comunidades colombianas a manos de grupos armados ilegales. Mientras las autoridades intensifican sus esfuerzos por desmantelar estas estructuras criminales, es crucial que la ciudadanía colabore con información valiosa que pueda ayudar a prevenir y evitar nuevos ataques de esta naturaleza.
