La noche del lunes, tres hinchas ‘ultras’ del Sebastiani Rieti fueron detenidos como posibles culpables de la muerte del segundo conductor del autobús que transportaba a la afición del Pistoia Basket 2000, en Italia. La víctima, Raffaele Marianella de 65 años, falleció por el impacto de un ladrillo lanzado por un seguidor del combinado de Rieti.
La investigación continúa y no se descartan nuevos detenidos. De hecho, en la noche del domingo, después de que sucedieran los hechos, 12 personas fueron identificadas y trasladadas a comisaría para un interrogatorio. Según los informes iniciales, Marianella recibió el impacto en la arteria carótida, por lo que los operarios sanitarios no pudieron hacer nada para mantenerle con vida cuando llegaron.
Una emboscada premeditada
Los seguidores del Sebastiani Rieti esperaron escondidos a la entrada de la autopista Rieti-Terni y comenzaron a apedrear el autobús en marcha hasta lanzar un ladrillo que rompió el cristal y golpeó directamente a Marianella, quien en ese momento no conducía el vehículo.
Los investigadores trabajan en la extracción del ADN del ladrillo que causó la muerte, en la revisión de imágenes de los aledaños y en la triangulación de teléfonos móviles para poder ubicar a los aficionados en la zona del crimen. Además, cuentan con los móviles de los detenidos, que podrían contener información clave para determinar su culpabilidad y la responsabilidad de otras personas.
Tres detenidos y un prófugo
Los tres detenidos están, por el momento, en la cárcel, acusados de homicidio voluntario agravado. Hay un cuarto sospechoso, por el momento en libertad, acusado de cómplice, según revelaron los medios italianos.
Esta tragedia ha conmocionado al mundo del básquet italiano y pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar la violencia en el deporte. Esperemos que las autoridades logren esclarecer por completo este brutal ataque y que se haga justicia.