El Ejército de Israel ha recibido, a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), los restos mortales de otros dos rehenes fallecidos en la Franja de Gaza. Esta entrega eleva a 15 el número total de cadáveres recuperados hasta el momento, de un total de 28 cautivos retenidos por el grupo islamista Hamás.
El proceso de repatriación de estos cuerpos ha sido lento y doloroso. Según el comunicado del Ejército israelí, los restos serán trasladados a Israel para su identificación formal en el Centro Nacional de Medicina Forense de Tel Aviv. Una vez verificada la identidad de los fallecidos, se notificará a sus familias, a quienes se les pide «respetar la privacidad» y abstenerse de difundir información no oficial.
Desafíos Humanitarios y Geopolíticos
El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, reconoció que la entrega de todos los cuerpos «no sucederá de la noche a la mañana», y advirtió que «nadie sabe siquiera dónde están» algunos de ellos, debido a los escombros que cubren la Franja de Gaza tras los intensos bombardeos.
Desde el CICR también se ha alertado de que el proceso «podría llevar mucho más tiempo» de lo esperado, dada la magnitud de la destrucción en la zona. Esto supone un desafío humanitario y logístico considerable para las autoridades israelíes y palestinas, que deben coordinar esfuerzos para localizar, identificar y repatriar los restos de forma digna.
Un Intercambio Complejo y Delicado
Más allá de los aspectos técnicos, la devolución de los cuerpos de los rehenes fallecidos también tiene una importante dimensión geopolítica. Hamás ha condicionado la entrega de los restos a cambio de concesiones de Israel, lo que ha convertido este proceso en un complejo juego de negociación entre ambas partes.
Mientras tanto, las autoridades israelíes han devuelto a Gaza los cadáveres de 165 palestinos sin identificar desde el alto el fuego del 10 de octubre, algunos de ellos con signos de tortura o mutilación, según denuncias de Hamás y fuentes médicas.
Prioridad Humanitaria
A pesar de las dificultades, la recuperación de los restos de los rehenes fallecidos se ha convertido en una prioridad humanitaria para ambos bandos. Tanto Israel como Hamás reconocen la importancia de brindar a las familias un cierre y un entierro digno para sus seres queridos.
Este proceso lento y doloroso es un recordatorio de los altos costos humanos del conflicto, y subraya la necesidad urgente de avanzar hacia una solución duradera que ponga fin al sufrimiento de las poblaciones civiles en la región.