El gobierno de Israel ha anunciado que mantendrá cerrado el paso fronterizo de Rafah, ubicado entre la Franja de Gaza y Egipto, hasta nuevo aviso. Esta decisión se debe a que el Estado hebreo exige que la organización Hamás, que controla Gaza, primero cumpla con sus obligaciones de devolver los cuerpos de los rehenes fallecidos y aplicar los términos acordados en el alto al fuego.
Según un comunicado de la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la reapertura del cruce de Rafah «se considerará en función de cómo Hamás cumpla con sus compromisos». Esto significa que Israel mantiene el paso fronterizo cerrado como una medida de presión sobre el grupo palestino.
El Cierre de Rafah y las Acusaciones de Actividades Terroristas
Cabe recordar que el ejército israelí tomó el control del lado palestino del cruce de Rafah en mayo del año pasado, acusando que las instalaciones se habían «usado con fines terroristas» y existían sospechas de que también se empleaban para el contrabando de armas. Tras esta acción, se suspendió todo acceso a través del paso fronterizo, incluido el del personal de la ONU.
El cruce se reabrió brevemente durante el cese al fuego entre Israel y Hamás que entró en vigor en enero de 2025. Sin embargo, ahora Israel ha vuelto a cerrar Rafah hasta que se cumplan sus exigencias relacionadas con los rehenes.
La Posición de Palestina y Egipto
Por su parte, la embajada palestina en El Cairo había anunciado el sábado que el cruce de Rafah reabriría el lunes para permitir el regreso a Gaza de los palestinos que viven en Egipto. No obstante, las autoridades israelíes dejaron claro que cuando se reabriera el paso, solo se permitiría el tránsito de personas, pero no el de ayuda humanitaria.
Esta situación refleja la compleja dinámica geopolítica en la región, donde Israel busca mantener el control sobre los cruces fronterizos como una herramienta de presión, mientras que Palestina y Egipto reclaman la libre circulación de personas y bienes.
