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sábado, octubre 18, 2025

Femicidio, Secuestro y Descuartizamiento: La Macabra Trama de un Militante Antifeminista

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La historia que se esconde detrás de este brutal crimen es una de violencia, odio y una peligrosa ideología que se ha vuelto cada vez más visible en la sociedad. Pablo Laurta, un uruguayo de 39 años, es el acusado de haber ejecutado a su expareja Luna Giardina y a su exsuegra Mariel Zamudio, decapitado al chofer Martín Palacios y secuestrado a su propio hijo de 5 años.

Laurta, quien era miembro activo de un grupo misógino llamado «Varones Unidos», donde promovía ideas antifeministas y denunciaba «falsas acusaciones de género», había planeado meticulosamente este macabro plan durante meses. Bajo el pretexto de visitar a su hijo, el 11 de octubre ingresó a la casa de Villa Serrana, en Córdoba, y asesinó a tiros a Luna y Mariel frente al niño. Luego, se llevó al pequeño y emprendió su huida hacia Uruguay.

Un Rastro de Crueldad y Horror

Pero la fuga de Laurta no terminó allí. Una semana antes, el 4 de octubre, había cruzado el río Uruguay en kayak desde Salto hacia Entre Ríos, Argentina. Allí, lo esperaba el remisero Martín Palacios, a quien Laurta habría asesinado y descuartizado la noche del 7 de octubre. Su cuerpo sin cabeza fue encontrado posteriormente.

Tras cometer el doble femicidio, Laurta huyó en un taxi con su hijo, pero fue interceptado por la policía en Gualeguaychú, Entre Ríos, el domingo 12 de octubre. El niño, que vomitaba y tenía fiebre, preguntó angustiado: «¿Por qué le están haciendo eso a mi papá?».

Historial de Violencia y Vínculos Peligrosos

Lamentablemente, este crimen no fue una sorpresa para las autoridades. Laurta tenía un historial de violencia de género y violaciones a órdenes judiciales. Luna Giardina lo había denunciado en 2023 por agresiones físicas, lo que llevó a la imposición de una restricción de acercamiento y otras medidas de protección. Sin embargo, Laurta las incumplió reiteradamente, llegando incluso a ser detenido en 2024 mientras espiaba a Luna y su familia.

Además, Laurta era un activo militante del grupo «Varones Unidos», una organización de corte libertario que cuestiona las políticas de género y promueve un discurso antifeminista. En sus redes sociales, Laurta compartía mensajes de odio contra las mujeres y acusaba a Luna de «manipular y hostigar» por despecho.

Lecciones Pendientes para el Sistema Judicial

Este caso pone de manifiesto la fragilidad del sistema judicial argentino frente a los casos de violencia de género. A pesar de las denuncias, las medidas de protección y los antecedentes de Laurta, las autoridades no lograron evitar esta tragedia. Es urgente que se refuercen los mecanismos de seguimiento y control de los agresores, así como una mayor sensibilización y capacitación en torno a la violencia de género.

La muerte de Luna y Mariel, y el sufrimiento del niño, son un recordatorio doloroso de que aún queda mucho por hacer para proteger a las víctimas y prevenir estos crímenes. Esperamos que este caso sirva como un llamado a la acción y a la reflexión sobre cómo podemos construir una sociedad más segura y justa para todos.

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