En un acto de desafío y reivindicación, los jugadores del Oviedo y el Espanyol se unieron para protestar contra la decisión de LaLiga de programar un partido entre Barcelona y Villarreal en Miami, Estados Unidos. Antes del inicio del encuentro entre ambos equipos, los 22 protagonistas se detuvieron por más de 15 segundos, negándose a comenzar el juego de inmediato.
La transmisión oficial de LaLiga, sin embargo, evitó enfocar la cancha durante este momento de protesta. En su lugar, utilizaron un plano cenital a varios metros de altura, impidiendo que los espectadores pudieran apreciar la acción de los jugadores.
Esta manifestación simbólica forma parte de una campaña más amplia liderada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que ha anunciado que antes de cada partido de la novena jornada de Primera División, los jugadores protestarán de forma similar. La AFE ha criticado la «falta de transparencia, diálogo y coherencia de LaLiga» con respecto al partido Villarreal-Barcelona en Miami, y ha exigido la creación de una mesa de negociación para atender las necesidades de los futbolistas y garantizar el cumplimiento de sus derechos laborales.
Reacción en redes y acusaciones de «censura»
La decisión de LaLiga de ocultar la protesta de los jugadores en la transmisión oficial ha generado una ola de críticas en las redes sociales. Usuarios han calificado la medida como un «bochorno» y se han preguntado si LaLiga es «una dictadura» que no permite a los futbolistas expresar sus inconformidades.
Algunos tuits destacan la ironía de la situación, donde la propia liga «censura» la protesta de los jugadores, impidiendo que el público pueda presenciar su acción reivindicativa.
LaLiga decide no mostrar los primeros 25 segundos del partido Oviedo – Espanyol con esta toma aérea continua. Se evita mostrar la protesta de los jugadores por el encuentro Villarreal – Barcelona de Miami.
Esta controversia pone de manifiesto la tensión entre LaLiga, que busca expandir su alcance internacional, y los jugadores, quienes reclaman mayor transparencia y respeto a sus derechos laborales. La batalla parece lejos de terminar, y los aficionados esperan que ambas partes logren un acuerdo que satisfaga a todos los involucrados.
