Las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile serán las primeras con inscripción automática y voto obligatorio, lo que significa que millones de personas que antes se abstuvieron ahora tendrán que acudir a las urnas. Este cambio en las reglas del juego representa una oportunidad y un desafío clave para los candidatos: conectar con estos «nuevos votantes» y entender sus principales preocupaciones.
Según los datos, el segmento más significativo de estos nuevos electores se encuentra entre los 30 y 39 años, un grupo que prácticamente nació en democracia, ha alcanzado mayores niveles educativos que las generaciones anteriores, pero que también ha visto frustradas muchas de sus expectativas económicas debido a la desaceleración del crecimiento, el impacto del estallido social y la pandemia.
Más allá de la Seguridad y el Orden
Para ganar el apoyo de este crucial segmento, los candidatos no pueden limitarse a un discurso centrado únicamente en temas de seguridad y mano dura. Es necesario abordar de manera integral las preocupaciones económicas de estos votantes, transmitiendo mensajes que mejoren sus expectativas y proponiendo medidas concretas para sentar las bases de una economía sana y con mayor capacidad de crecimiento, junto con crear mejores condiciones para la movilidad social y la calidad de vida.
Conectar con las Aspiraciones de los Nuevos Votantes
Los liderazgos que logren conectar y representar adecuadamente a estos millones de chilenos en sus problemas y desafíos serán clave para definir el rumbo del país. No se trata solo de un tema de números, sino de entender y dar voz a las legítimas aspiraciones de una generación que ha visto frustradas muchas de sus expectativas.
En un escenario de voto obligatorio, estos «nuevos votantes» serán decisivos para inclinar la balanza electoral. Por lo tanto, los candidatos que logren sintonizar con sus preocupaciones y proponer soluciones concretas tendrán una ventaja significativa en la carrera por la Presidencia y el Congreso.
