Marwan Barghouti, de 66 años, es una figura política palestina de gran relevancia y respeto entre las diversas facciones. Sin embargo, a pesar de los llamamientos para su liberación, Israel se ha negado obstinadamente a dejar en libertad a este líder, considerado por muchos como el «Nelson Mandela palestino».
Barghouti fue detenido en 2002 durante la Segunda Intifada y condenado a cinco cadenas perpetuas más 40 años de cárcel por cargos de asesinato y actividad en una organización terrorista. Aunque él siempre ha mantenido que el juicio fue ilegal, negándose a defenderse, Israel lo considera un «líder terrorista» responsable de graves ataques contra civiles y militares.
El Temor a un Líder Unificador
Más allá de las acusaciones, la razón principal por la que Israel se niega a liberar a Barghouti parece ser su temor a que este influyente político pueda convertirse en una figura unificadora capaz de superar las divisiones internas palestinas. Expertos consultados por Associated Press señalan que, al ser un defensor de una solución de dos estados mientras apoya la resistencia armada, Barghouti podría ser la figura que logre reunir a los palestinos detrás de él, algo que no sería bien visto por las autoridades israelíes.
La Estrategia de Mantener a los Palestinos Divididos
Según el investigador Mouin Rabbani, la política de Israel ha sido mantener a los palestinos divididos y débil a la administración de Mahmud Abbas, el actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). En este contexto, la liberación de Barghouti, considerado un posible sucesor de Abbas, podría representar una amenaza a esta estrategia.
De hecho, cuando en el pasado el entonces primer ministro israelí Ehud Olmert se ofreció a liberar a Barghouti, el presidente Abbas prefirió dejarlo encerrado, temeroso de que su carisma y liderazgo pudieran eclipsar el suyo propio.
Un Líder Respetado y Temido
Marwan Barghouti es visto por muchos palestinos como un líder nacional creíble, alguien que podría unir a su pueblo de una manera en la que Abbas ha fallado consistentemente. Su popularidad y respeto entre las diversas facciones palestinas, incluido Hamás, es lo que hace que Israel se niegue a liberarlo, pues teme que su figura pueda desafiar el statu quo y poner en jaque los intereses israelíes en la región.
Mientras Barghouti permanece encarcelado, la división y debilidad de la Autoridad Palestina parecen convenir a los planes de Israel. Sin embargo, la presión internacional y el creciente apoyo a la causa palestina podrían eventualmente obligar a las autoridades israelíes a reconsiderar su posición respecto a este influyente líder.