La desaparición de Julia Chuñil, una mujer de 72 años en Huichaco Sur, Máfil, comuna de San José de la Mariquina, ha sumado nuevos y reveladores antecedentes que refuerzan la tesis de la intervención de terceros en su desaparición. Las últimas diligencias del Ministerio Público apuntan a los hijos de la mujer como «sujetos de interés» dentro del caso, según un reportaje de T13.
Chuñil fue vista por última vez el 8 de noviembre del 2024 en el fundo La Fritz, propiedad del empresario Juan Carlos Morstadt, donde pastaba su ganado y cuidaba a sus animales en un sector conocido como «La Toma», acompañada de su mascota «Cholito». Dos días después, su familia interpuso una denuncia por presunta desgracia, luego de no tener noticias suyas.
Hallazgos Clave y Sospechas Crecientes
Las primeras hipótesis consideraban un posible accidente durante los traslados diarios de casi tres kilómetros que la mujer realizaba entre su vivienda y el predio donde mantenía a sus vacas y caballos. Sin embargo, esa línea fue descartada por la fiscalía, que ahora trabaja sobre dos posibles teorías, ambas ligadas a la acción directa de terceros.
Uno de los hallazgos más relevantes ocurrió semanas después de la denuncia: el candado que cerraba el portón de acceso a un terreno colindante, perteneciente a Forestal Arauco, donde Chuñil tenía autorización para ingresar, fue encontrado en circunstancias que levantaron sospechas. La policía investiga la presencia de huellas de terceros en este elemento, considerado clave para la reconstrucción de los hechos.
Además, la Fiscalía indaga un contrato de venta firmado apenas diez días antes de la denuncia por desaparición, mediante el cual Julia Chuñil traspasó un terreno de 2,9 hectáreas a su hijo Pablo San Martín Chuñil, por ocho millones de pesos pagados al contado. El documento señala que la madre se reservó el usufructo vitalicio del predio, lo que en la práctica significaba que el hombre podía disponer del sitio solo una vez que su madre falleciera.
Evidencia Física y Testimonios Incriminatorios
Asimismo, una serie de peritajes realizados por el Labocar de Carabineros detectaron una muestra de sangre perteneciente a Javier, otro de los hijos de Julia Chuñil, en una astilla de la carreta utilizada por la mujer el día de su desaparición. Además, rastreos telefónicos posicionan a Pablo en las antenas del sector de «La Toma» en fechas coincidentes con la desaparición de Julia Chuñil.
Las sospechas crecen también por las contradicciones en los testimonios del hijo menor, Adelier, y por la aparición de manchas compatibles con sangre en una de las puertas del fundo La Fritz. En tanto, Javier Troncoso Chuñil, quien vivía con la mujer, también quedó en la mira de la Fiscalía, especialmente tras encontrarse manchas de sangre en su habitación.
Revelaciones Impactantes de una Testigo Protegida
A estos hallazgos se suma la declaración de una testigo protegida que aseguró haber sido presionada por Javier luego de prestar testimonio en diciembre pasado. Según su relato, Julia Chuñil habría tenido una fuerte pelea con su hijo Javier la noche de su desaparición. Además, la testigo afirmó que «Javier, junto a sus hermanos Pablo y Jeannette, fueron a la toma con la ropa de Julia y la quemaron en un tambor con bencina afuera de la casa. No sé dónde está su cuerpo».
El propio presidente Gabriel Boric abordó el caso de la desaparición de Julia Chuñil, asegurando que se requiere verdad y justicia, e instando a que las instituciones funcionen para esclarecer este misterioso y perturbador caso.