Después de años de cautiverio, 1.968 presos palestinos han sido finalmente liberados e integrados a sus comunidades en Gaza y Egipto. Este hecho, que pone fin a una larga y difícil guerra, ha generado una ola de esperanza y celebración entre los palestinos.
Según el Servicio de Prisiones de Israel, los presos fueron trasladados desde diversas cárceles del país a las de Ofer y Ketziot, y una vez confirmado que los 20 rehenes israelíes habían sido liberados por Hamás, se procedió al traslado de los 1.968 detenidos a sus respectivos destinos. De estos, 1.718 eran personas capturadas durante la guerra sin cargos directos por ataques a israelíes, mientras que los 250 restantes cumplían cadenas perpetuas o de larga duración.
Recibimiento emotivo en Gaza
Miles de personas se congregaron en las afueras del Hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de Gaza, para dar la bienvenida a los prisioneros liberados. La multitud aclamó y aplaudió a los autobuses que ingresaban al enclave a través del paso de Kerem Shalom, mientras los presos, vestidos con el chándal gris de las cárceles, se asomaban por las ventanas.
Las autoridades gazatíes habían desplegado a unas 7.000 personas para organizar la recepción, disponiendo un enorme espacio con sillas de plástico para que las familias pudieran reencontrarse con sus seres queridos.
Implicaciones más allá de Gaza
Si bien la mayoría de los presos fueron reintegrados a Gaza, 154 fueron deportados a Egipto y otros 88 distribuidos entre Cisjordania y Jerusalén. Este hecho tiene implicaciones más allá de la Franja, pues involucra a actores regionales clave como Egipto.
Además, la liberación de prisioneros con cadenas perpetuas o de larga duración, algunos de los cuales fueron capturados durante la guerra, plantea interrogantes sobre el futuro de las negociaciones y la búsqueda de una solución duradera al conflicto israelí-palestino.
En definitiva, este histórico evento representa un paso importante hacia la reconciliación y la esperanza de una paz más duradera en la región.
