En un giro inesperado, Sébastien Lecornu, el primer ministro de Francia designado hace apenas 27 días por el presidente Emmanuel Macron, ha presentado su dimisión. Lecornu, de 39 años, se convierte así en el jefe de gobierno más efímero de la V República Francesa desde 1958.
Conocido por su carácter prudente y discreto, Lecornu, teniente en la reserva de la Gendarmería y con un pasado cercano a la vida monacal, batió el récord de brevedad en el cargo, superando incluso a Michel Barnier, quien fue destituido en una moción de censura a inicios de diciembre de 2024 tras solo tres meses en el puesto.
Falta de Aliados y Estrategia Partidaria
En su discurso de despedida, Lecornu justificó su repentina decisión argumentando que «no se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones» para gobernar. El político centroderechista, que había sido elegido por Macron por su supuesta capacidad de diálogo con el resto de fuerzas políticas, chocó con la realidad de una Asamblea Nacional fragmentada en tres bloques que se vetan mutuamente (izquierda, centro-derecha y ultraderecha).
Lecornu, que había sido el único en estar presente en todos los gobiernos macronistas, desde secretario de Estado hasta ministro de Defensa, no logró forjar los necesarios aliados para sacar adelante las cuentas de 2026. El anuncio de un equipo ministerial prácticamente idéntico al criticado gabinete de su predecesor, François Bayrou, desató la indignación de las fuerzas opositoras.
Promesas Incumplidas y Desafíos Sociales
Pese a su actitud de escucha y su supuesta sensibilidad social, forjada durante su época como alcalde de Vernon, Lecornu no logró apaciguar los ánimos de la oposición, especialmente del Partido Socialista, al que no consideraba fiable frente a la ultraderecha de Marine Le Pen.
Además, el nuevo primer ministro tuvo que lidiar con tres huelgas antiausteridad en sus primeras semanas en el cargo, lo que puso de manifiesto los desafíos sociales a los que se enfrentaba su gobierno.
Ascenso Meteórico y Caída Abrupta
Lecornu, un tránsfuga que se pasó de Los Republicanos al movimiento centrista de Macron en 2017, había ido ascendiendo posiciones en los sucesivos ejecutivos, llegando incluso a ocupar la cartera de Defensa en plena guerra en Ucrania. Sin embargo, su breve paso por la jefatura de Gobierno ha sido marcado por la falta de alianzas, la oposición de las fuerzas políticas y la incapacidad de abordar los desafíos sociales.
La dimisión de Lecornu deja a Macron en una posición delicada, con cuatro primeros ministros que no han logrado completar ni siquiera un año en el cargo. El presidente francés deberá ahora buscar un nuevo rostro que pueda navegar con éxito en el complicado panorama político del país.