La propuesta del presidente Donald Trump de imponer una tarifa de $100,000 por cada solicitud de visa H-1B para trabajadores extranjeros altamente calificados ha causado un caos extremo en la industria tecnológica y académica de Estados Unidos. Esta medida, presentada como un intento de «atajar» el supuesto «abuso» del programa, podría tener consecuencias devastadoras para la economía y la innovación del país.
Según el anuncio de la Casa Blanca, las visas H-1B se han «explotado deliberadamente para reemplazar, en lugar de complementar, a los trabajadores estadounidenses con mano de obra peor remunerada y menos calificada». Sin embargo, los economistas se muestran consternados por las implicaciones inmediatas de esta medida, ya que la posible pérdida de talento representaría una «tremenda pérdida económica» para Estados Unidos.
El Impacto en la Industria Tecnológica y las Universidades
Grandes empresas como Amazon, Apple, Google y Meta figuran entre los principales usuarios del programa de visas H-1B, dependiendo de él para contratar a científicos e ingenieros altamente calificados. Aunque estas compañías podrían pagar las tarifas, la medida también afectaría a startups y organizaciones sin fines de lucro, que dependen del programa para atraer talento global.
Según Jeremy Robbins, director ejecutivo del Consejo Americano de Inmigración, la decisión «destruye a las startups» y «les estamos diciendo a los innovadores que innoven en otros lugares». Además, supondría «un duro golpe a la capacidad de cualquier universidad para contratar profesorado extranjero y atraer a los mejores y más brillantes investigadores».
Pérdida de Talento y Competitividad Global
Los expertos advierten que, si se implementa esta medida, grandes empresas multinacionales trasladarían sus operaciones a otros países, lo que «perjudicará drásticamente nuestra capacidad en sectores clave para la economía y la seguridad nacional, como la inteligencia artificial y la computación cuántica».
Michael A. Clemens, profesor de Economía en la Universidad George Mason, señala que «décadas de estudios extremadamente rigurosos y revisados por pares» demuestran que los trabajadores con visas H-1B «generan más patentes, propician la formación de más empresas emergentes de alto crecimiento respaldadas por capital de riesgo y dinamizan las economías locales».
Jeremy Robbins concluye que una de las «mayores fortalezas» de Estados Unidos es ser «el lugar al que más gente talentosa de todo el mundo quiere venir, más que a cualquier otro». Por lo tanto, poner eso en peligro sería «una propuesta muy arriesgada».
Conclusión: Reformar, no Destruir
Si bien es cierto que el programa de visas H-1B presenta algunos problemas que requieren reforma, la solución propuesta por Trump parece ser demasiado drástica y contraproducente. En lugar de imponer una tarifa astronómica que ahuyente a los mejores talentos globales, se debería buscar una reforma que equilibre las necesidades de la industria y los trabajadores estadounidenses, preservando la capacidad de Estados Unidos para atraer y retener a los innovadores más brillantes del mundo.