En medio de un operativo policial de demolición de rucos en la mega toma «Nuevo Amanecer» de Cerrillos, un particular poblador tuvo un tenso cruce con la animadora Andrea Arístegui. El hombre insistía en que el terreno donde construyó su casa era de su propiedad, pese a no tener documentos que lo acreditaran, argumentando que el solo hecho de vivir en el lugar lo convertía en dueño.
La Defensa de la Ocupación Ilegal
El conflicto se inició cuando el poblador reveló que sus vecinos se tomaban los terrenos y luego los vendían, algunos en hasta dos millones de pesos, lo cual es ilegal. Ante la pregunta de Arístegui sobre quiénes los vendían, el hombre señaló: «Los dueños». «Es que no hay dueños», le apuntó la periodista, lo que dio paso al insólito argumento del sujeto.
«Usted dice ‘los supuestos dueños’, aquí me conocen todos los vecinos, yo llevo cinco años aquí. Si yo quisiera vender aquí…», alcanzó a decir Juan Carlos antes de ser interrumpido por Arístegui, quien le dejó claro: «Te pueden conocer todos los vecinos Juan Carlos, pero tú no eres el dueño de ese terreno».
Choque de Perspectivas
Ante la insistencia de Arístegui, el hombre replicó: «Por eso le digo. Señorita, usted no entiende». «Tú no me entiendes Juan Carlos», le insistió la profesional. Poco a poco, los ánimos se comenzaron a encender, pues el poblador admitió ser barbero y haber comprado un terreno en Valparaíso, pero continuar viviendo en el terreno tomado.
La Legalidad en Cuestión
Cuando Arístegui le recalcó que lo que él hacía no era legal, el hombre desafió: «¿Para quién es ilegal? ¿Para usted?». Cansada de la discusión, la periodista le señaló: «Acá las cosas no son relativas a los intereses de uno Juan Carlos, las cosas son o no son. Son legales o no son legales y lo que tú haces no es legal».
Conclusión: La Ocupación Ilegal y sus Implicaciones
Este tenso cruce entre la periodista y el poblador de la toma «Nuevo Amanecer» pone de manifiesto la compleja realidad de la ocupación ilegal de terrenos y la percepción de propiedad que algunos de sus habitantes desarrollan, a pesar de la falta de documentos legales. Este caso ilustra la necesidad de abordar estos desafíos de manera integral, considerando las múltiples aristas sociales, económicas y legales que conllevan.