La región de Antofagasta se prepara para dar un paso decisivo en la lucha contra el crimen organizado, con la implementación de dos nuevos módulos de máxima seguridad dentro del Complejo Penitenciario local. Estos módulos, diseñados específicamente para albergar a 100 internos de alto compromiso delictual, marcarán un hito en los esfuerzos por aislar y desarticular a los líderes de las bandas criminales.
Según el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Gajardo, esta iniciativa responde a un «gran desafío en el sistema penitenciario» del país, evitando que las prisiones se conviertan en centros de fortalecimiento del crimen organizado, como ha ocurrido en otras partes de América Latina. «Una vez que los líderes de estas bandas estén en prisión, podamos separarlos, cortar cualquier contacto con el exterior y evitar que sigan operando desde adentro», explicó Gajardo.
Régimen de Máxima Seguridad y Uniformes Obligatorios
Estos nuevos módulos de máxima seguridad se inspirarán en el modelo implementado hace un año en el Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad (REPAS) de Santiago. Cada interno estará alojado en celdas individuales, bajo un régimen estricto que incluye:
- Celdas monitoreadas 24 horas con circuito cerrado de vigilancia
- Dosificación controlada de horas de salida a patios
- Disminución de flujos de encomiendas
- Servicio calendarizado de lavandería para la vestimenta
- Atención periódica psicosocial y de salud
Además, los reclusos de estos módulos deberán usar uniformes, una medida que, según el director nacional de Gendarmería, Rubén Pérez, forma parte de los «estándares muy rigurosos en materia de control, seguridad y procedimientos» que se implementarán.
Antofagasta, Segunda Región con Máxima Seguridad
Con esta iniciativa, la región de Antofagasta se convertirá en la segunda en el país en contar con un sistema penitenciario diseñado bajo un estándar de máxima seguridad, después del REPAS de Santiago. Pérez destacó que el objetivo es «garantizar un funcionamiento coordinado en todos los niveles» para que este régimen se convierta en un «modelo replicable en otras regiones».
La puesta en marcha de estos módulos de máxima seguridad en Antofagasta representa un paso crucial en la lucha contra el crimen organizado a nivel nacional, buscando aislar a los líderes de las bandas y evitar que sigan operando desde el interior de las prisiones.