Los hermanos Erik y Lyle Menéndez, condenados a cadena perpetua desde 1996 por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, han sufrido un nuevo revés en su intento por obtener la libertad condicional. Un juez de Los Ángeles ha rechazado la petición de un nuevo juicio presentada por sus abogados, quienes argumentaban que las nuevas pruebas sobre el presunto abuso sexual por parte de su padre deberían justificar una nueva oportunidad.
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Según la información revelada por la agencia EFE, el juez William C. Ryan, del Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, negó la solicitud de los hermanos Menéndez. Entre las nuevas pruebas presentadas se encontraba una carta escrita por uno de los hermanos admitiendo que era víctima de abusos, así como el testimonio de un extrabajador de la empresa del padre que afirmaba haber sido abusado también por José Menéndez.
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Los abogados Mark Geragos y Cliff Gardner, representantes de los hermanos, argumentaron que estas nuevas evidencias «no solo demuestran que José Menéndez era un hombre violento y brutal que abusaba sexualmente de menores, sino que sugieren firmemente que, de hecho, seguía abusando de Erik Menéndez en diciembre de 1988, tal como la defensa había argumentado desde el principio», según recoge ABC News.
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Un revés más en su lucha por la libertad
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Sin embargo, en su dictamen, el juez Ryan indicó que las pruebas presentadas no habrían cambiado el resultado del juicio original en el que fueron condenados. «Ninguna de las piezas de evidencia recién descubierta es particularmente fuerte», escribió el magistrado.
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Este nuevo revés se suma al del mes pasado, cuando se les negó a los hermanos Menéndez su solicitud de libertad condicional. Ahora, su única esperanza restante es una improbable solicitud de indulto presentada al gobernador de California, Gavin Newsom.
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Condenados por el asesinato de sus padres
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Los hermanos Menéndez fueron condenados a cadena perpetua en 1996 por planear y ejecutar el asesinato de sus padres en la tarde del 20 de agosto de 1989 en su lujosa residencia de Beverly Hills, utilizando escopetas que habían comprado días antes.
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Tras el crimen, Lyle y Erik, de 21 y 18 años respectivamente en el momento de los hechos, afirmaron a las autoridades que habían encontrado los cuerpos sin vida de sus padres al regresar a casa. Sin embargo, las sospechas de las autoridades se despertaron cuando los hermanos comenzaron a llevar una vida de lujos y excesos tras acceder a la fortuna de su padre.
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La exitosa serie de Netflix «Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez» (2024), junto con un documental, han vuelto a poner el foco en el caso de los hermanos mientras siguen luchando por salir de la cárcel de forma anticipada.